Juan Carlos Ferreyra Peñarrieta
El mes de octubre se ha caracterizado en el ámbito político nacional como un mes trágico, como el más violento y lleno de cambios trascendentales en el quehacer político, social y económico de nuestro país. No por nada se lo conoce como “octubre negro”. ¿Será que la llegada de octubre próximo, nos deparará cambios drásticos, especialmente en lo político?
Cabe recordar que, en octubre de 2003, el entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, por las fuertes presiones políticas hacia su gestión tuvo que huir del país con rumbo a Estados Unidos. En octubre de 2019, el también entonces presidente Evo Morales, igual tuvo que dejar el territorio nacional con rumbo a México, por el fraude electoral para unos y golpe de Estado para otros. Acontecimientos que tuvieron las consecuencias que ya conocemos; cambios bruscos de gobiernos, respectivamente.
Ahora octubre de este año, que está a la vuelta de la esquina, nos encuentra con un montón de protestas a nivel político, social y principalmente económico. Además, está en serio cuestionamiento la continuidad del gobierno de la dupla Arce-Choquehuanca, quienes nos gobiernan desde noviembre de 2020. El primer mandatario sabe que su gestión presidencial junto a su vicepresidente, está al borde del abismo. ¿Será que acabarán su mandato hasta noviembre de 2025, superando a “octubre negro”?
Las arremetidas de Evo Morales hacia la gestión de Arce Catacora, no es de reciente data. Esto ya se lo sintió hace dos años y justo en septiembre de 2022, mediante una columna de opinión ya anticipé que las mismas apuntan a un acortamiento de mandato, para que incluso se pueda llamar a elecciones generales adelantadas. El paso del tiempo y de los hechos me dan la razón.
También lo dije en esa misma columna de opinión: “No hay otra interpretación. El jefe nacional del MAS está desesperado por retornar al poder a como dé lugar. Se ve que no descansará hasta alcanzar dicho cometido. No hay ni un día que no lance dardos envenenados contra la gestión gubernamental de quienes designó como candidatos del MAS para las elecciones presidenciales de octubre de 2020”.
Si Luis Arce y David Choquehuanca quieren acabar su gestión gubernamental en noviembre de 2025, deben solucionar cuánto antes la crisis económica que está asfixiando día a día a la población. Ni por equivocación deben pensar en ir a una reelección y por eso deben tomar medidas drásticas e incluso impopulares para solucionar la grave crisis financiera por la cual atraviesa el país. No tienen otro camino que poner en marcha un DS 21.060 muy parecido al de 1985.
El Gobierno central si quiere mantenerse en el poder, no debe permitir que la marcha masista, encabezada por Evo Morales desde el altiplano, ingrese a la ciudad de El Alto y menos que llegue a la sede de Gobierno. Si fuere así, prácticamente estaría alistando su salida y huida del país. Los ministros de Gobierno y de Defensa ya deben tener un plan de salvataje al respecto. No tenerlo sería un craso error y eso sería no cubrir las espaldas tanto del presidente Arce como del vicepresidente Choquehuanca.
De permitirlo, prácticamente el gobierno central se estaría dando un tiro en el pie. Porque a partir de eso empezarán los disturbios, enfrentamientos, violencia en las calles, que pueden derivar en que corra mucha sangre. Situación que esperamos no se concrete. Se debe evitar los conflictos a como dé lugar, para después no estar lamentando perdidas de vida o contar con personas heridas. El balón está en manos de Arce y Choquehuanca.
Sin duda que el trasfondo de las movilizaciones que está llevando a cabo Evo Morales con sus “movimientos sociales” es acortar el mandato de su exministro de Economía y actual presidente, Luis Arce y de su excanciller y actual vicepresidente, David Choquehuanca. El expresidente “indígena” no parará hasta ver fuera del poder a quienes él designó desde Argentina para que sean elegidos mediante voto en dichos cargos, en las elecciones generales de octubre de 2020.
Y lo más llamativo de esta disputa entre las dos facciones masistas (arcistas y evistas), es para que en las elecciones generales programadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) para agosto del próximo año, solo haya una opción para elegir un nuevo próximo gobierno, que nada más ni nada menos sería el propio MAS. Mientras tanto, la oposición o diferentes oposiciones que tenemos, “bien gracias”, sin nada de propuestas alternativas para cambiar de gobierno y modelo económico, que ya nos tienen hastiados desde hace 20 años.
El autor es Comunicador social.