Marcelo Miranda Loayza
El intento de derribar un avi贸n militar con piedras en Senkata en 2019 se ha convertido en un s铆mbolo de la irracionalidad que caracteriz贸 los disturbios tras la salida de Evo Morales del pa铆s. Esta imagen, ic贸nica y absurda, m谩s all谩 de lo anecd贸tico, revela una profunda problem谩tica en la sociedad boliviana: la falta de racionalidad y el peligro inherente a la ignorancia.
No se puede derribar aviones con piedras, como tampoco se puede ganar una batalla apelando 煤nicamente a impulsos primitivos. Sin embargo, las acciones que se vieron en Senkata, donde se intent贸 hacer explotar una planta de gas, son a煤n m谩s preocupantes. La ausencia de una m铆nima consideraci贸n sobre el alcance de una explosi贸n de tal magnitud, la cual podr铆a haber afectado incluso a la ciudad de La Paz, demuestra la desconexi贸n entre pensar y actuar.
Repasando las im谩genes grabadas por distintos medios de comunicaci贸n de los actuales bloqueos masistas en Cochabamba, donde el s茅quito de Morales pide que se levanten todas las denuncias por trata y tr谩fico de personas, es decir, que Morales sea inmune a la justicia, se puede observar con claridad, c贸mo los seguidores de Morales lanzaban petardos a camiones cisternas llenos de gasolina. La ignorancia sigue campeando peligrosamente en medio de los denominados 鈥渕ovimientos sociales鈥.
Lo que queda en evidencia, a trav茅s de estos episodios, es un patr贸n de comportamiento, donde la violencia prima sobre la raz贸n. La masa acr铆tica, descrita por Ortega y Gasset en su obra 鈥淟a rebeli贸n de las masas鈥, parece encarnar la realidad boliviana actual. Seg煤n el fil贸sofo, la masa act煤a por instinto o consigna, sin reflexionar sobre las consecuencias de sus actos. En Bolivia, esto se traduce en una sociedad atrapada en la ignorancia, donde la capacidad de razonar ha sido reemplazada por la disposici贸n a actuar violentamente.
El Movimiento al Socialismo (MAS), encabezado por Morales, ha jugado un papel crucial en la formaci贸n de esta mentalidad. El discurso polarizante y la ret贸rica de confrontaci贸n han fomentado una cultura de seguidores que ven la lucha y el enfrentamiento como 煤nicas soluciones a sus problemas. Esta din谩mica no solo es peligrosa en t茅rminos de estabilidad social, sino que adem谩s perpet煤a un ciclo de ignorancia y violencia.
Los incidentes en Senkata y Cochabamba reflejan c贸mo una parte de la sociedad ha sido inducida a actuar sin una m铆nima reflexi贸n cr铆tica. Lanzar piedras a un avi贸n o petardos a un cami贸n lleno de gasolina no son actos de resistencia, sino de desesperaci贸n y falta de entendimiento. Estas acciones no obedecen a una estrategia racional, sino a una reacci贸n visceral que pone en peligro a todo el pa铆s.
Es preocupante observar c贸mo la irracionalidad puede ser utilizada como arma pol铆tica. En lugar de fomentar el di谩logo y la comprensi贸n, algunos l铆deres han optado por alimentar la divisi贸n y el odio, generando un ambiente en el que el razonamiento l贸gico tiene poco o ning煤n lugar.
En definitiva, Bolivia se encuentra en una encrucijada. La sociedad puede seguir siendo presa de la ignorancia, con todo lo que ello implica para la estabilidad y el desarrollo, o puede optar por romper las cadenas que la atan a un comportamiento impulsivo y destructivo. La decisi贸n est谩 en manos de todos los bolivianos, pero requiere un esfuerzo consciente para recuperar el pensamiento cr铆tico y rechazar la violencia como 煤nica forma de expresi贸n.
El camino hacia una sociedad m谩s racional y justa no es f谩cil, pero es necesario. La historia reciente de Bolivia es un testimonio de lo que sucede cuando la raz贸n cede ante el impulso y la violencia toma el control. Sin embargo, tambi茅n ofrece una oportunidad 煤nica para reflexionar y corregir el rumbo, evitando as铆 que se repitan los errores del pasado.
En conclusi贸n, no se puede derribar aviones con piedras, pero tampoco se construye un pa铆s sobre la base de la ignorancia y la violencia. La 煤nica manera de superar este momento cr铆tico es fomentando una cultura de di谩logo, entendimiento y pensamiento cr铆tico. Solo as铆 se podr谩 garantizar que el futuro de Bolivia sea uno de paz y prosperidad, y no de caos o de un enfrentamiento fratricida.
El autor es te贸logo, escritor y educador.