Noticia BO

Mover los corazones para terminar con la indigencia

El Diario
Publicado Jueves, 05 de Septiembre de 2024.
Mover los corazones para terminar con la indigencia
Víctor Corcoba Herrero

Víctor Corcoba Herrero

La mejor lucha contra todas nuestras pobrezas es la de dejarnos acompañar, o sea fraternizarnos, que es como se logra un legítimo avance sistémico, hasta el estado de que combatir el mísero ahogo es edificar la concordia.

 

Necesitamos mover los corazones en todo el planeta, lo que requiere sensibilidad para entenderlo y derribar muros. Abrazarse unos a otros es vital, como donarse con la consabida sintonía mental y que hablen nuestros labios a golpe de pulso. Los latidos contribuirán a fecundar los sueños y a crecer con los lenguajes de proximidad. Será el momento, pues, de entrar en diálogo; sin complejos, porque lo esencial muchas veces es invisible a los ojos mundanos, donde preferentemente suele proliferar el interés comercial. De entrada, comenzaré subrayando la súplica que me sale de mi propio interior; y, que no es otra, que la petición de fondos y recursos adecuados para atender las crecientes afluencias de los desfavorecidos. Naturalmente, un mayor respaldo financiero y una mayor colaboración internacional también hace falta, con un espíritu de solidaridad global reforzada, centrada en las necesidades de los más pobres y vulnerables.

Nuestro interior, movido a golpe de voluntad, nos expresa lo que es preciso hacer en este orbe globalizado, enzarzado en mil contiendas absurdas, que lo único que fomentan es la división y el enfrentamiento, lo que dificulta enormemente el desarrollo humano integral e integrador, con una beneficencia que tiene que tomar otro abecedario más auténtico, al menos para contribuir a la promoción del dialogo sincero, a la solidaridad real y a la comprensión mutua entre las personas. Para ello se requiere que la decencia y la dignidad de cada ser humano o grupo asociativo, sea respetada y promovida, en virtud de las diferencias, pero siempre desde la ética. Lo que no es de justicia, es el aumento de ciudadanos que ya no tienen ni siquiera lo indispensable para vivir, mientras otros lo derrochan todo, sin importarles que falte peculio suficiente para hacer frente a un programa de seguridad alimenticia mundial. Son esas comparsas sin alma, las que caminan con una sístole empedrada, pasivos y con la indiferencia como vocablo.

Se han multiplicado los deseos mezquinos, tanto que nos desbordan por completo, ante el aluvión de miserias y desasosiegos, que nos acompañan. Podemos y debemos decidir hacer las cosas de otro modo. Las prioridades deben cambiar. A mi juicio, sería saludable regresar a la estética de un gran corazón: aquel que ningún rechazo lo desconsuela y que ninguna inacción lo extingue. En efecto, la vida es un instrumento de muchas cuerdas, pero todos somos necesarios e imprescindibles para hacerlas vibrar; ahora nos toca, aliviar los peores efectos de las crisis humanitarias, complementar los servicios públicos de atención de la salud, la educación, la vivienda y la protección de toda vida, sobre todo ante las continuas y persistentes situaciones de conflicto. No olvidemos, que la mejor lucha contra todas nuestras pobrezas es la de dejarnos acompañar, o sea fraternizarnos, que es como se logra un legítimo avance sistémico, hasta el estado de que combatir el mísero ahogo es edificar la concordia.

La ONU reconoce también que, en términos de desarrollo, los diversos gobiernos tampoco pueden actuar despoblados. El voluntariado y el altruismo cívico desempeñan un papel decisivo, para aumentar la concienciación colectiva, eliminando barreras e incrementando la confianza entre nosotros. La cohesión es fundamental para que la humanidad se sienta familia y mejore el sentido de responsabilidad grupal. Qué saludable sería, si pudiéramos decir cada cual consigo mismo: también nosotros estamos necesitados. Tan solo así, lograremos reconocernos realmente y hacernos corporación. En efecto, nos precisamos entre sí, aunque sólo sea para compartir alegrías y tristezas. Las personas realmente grandes, advierto, que tienen una gran congoja por aquí abajo. Madre Teresa de Calcuta, por ejemplo, luchó contra la angustia y la pobreza, creando hospicios y residencias como obras de amor, para dar calor humano e injertar bienestar celeste. Realmente, tuvo unas entretelas tan colosales como puras. ¡Imitémosla!

 

Víctor Corcoba Herrero es escritor.

corcoba@telefonica.net



Últimas noticias
Bolivia enfrenta crisis de confianza censal
Bolivia enfrenta crisis de confianza censal
Miguel Ángel Amonzabel Gonzales...
Se quema la Amazonia
Se quema la Amazonia
Eric L. Cárdenas del Castillo...
Políticos e ideologías
Políticos e ideologías
Severo Cruz Selaez...
Bolivia se nos quema
Bolivia se nos quema
Marcelo Miranda Loayza...
Otra guerra perdida
Otra guerra perdida
Humberto Vacaflor Ganam...
Una clase de economía que no resuelve la crisis
Una clase de economía que no resuelve la crisis
Luis Fernando Romero Torrejón...
El MAS se hace humo
El MAS se hace humo
sin entradilla...
El Padre Pérez
El Padre Pérez
Ronald MacLean Abaroa...
Gran incendio de Bolivia (I)
Gran incendio de Bolivia (I)
Juan José Toro Montoya...
Un país en llamas
Un país en llamas
Ronald Nostas Ardaya ...
Apocalipsis amazónico
Apocalipsis amazónico
sin entradilla...
Un problema que a pocos interesa
Un problema que a pocos interesa
Ignacio Vera de Rada ...
¿Docentes sin empleo?
¿Docentes sin empleo?
Ernesto González Valdés...
Invitación al manicomio
Invitación al manicomio
Humberto Vacaflor Ganam...
Tiempos que  nunca volverán
Tiempos que nunca volverán
Severo Cruz Selaez...
Hundir lo que flota
Hundir lo que flota
Lupe Cajías...
El sentido de nuestra vida es Cristo
El sentido de nuestra vida es Cristo
Víctor Corcoba Herrero...
Grave cuadro de deterioro ético
Grave cuadro de deterioro ético
Eric L. Cárdenas del Castillo...
Chistes en serio
Chistes en serio
David Foronda H....
País deshabitado
País deshabitado
Juan Carlos Ferreyra Peñarrieta...
Subsidio de zona
Subsidio de zona
Luis Alberto Callapino López...
Letales  perros robots
Letales perros robots
David Foronda H....
“Homo bolivianensis”
“Homo bolivianensis”
sin entradilla...
Engaño tras engaño
Engaño tras engaño
sin entradilla...
Censo 2024: sorpresas y dudas desatan controversia
Censo 2024: sorpresas y dudas desatan controversia
Miguel Ángel Amonzabel Gonzales...
Por una paz productiva
Por una paz productiva
Severo Cruz Selaez...
¡Volá alto, Tata!
¡Volá alto, Tata!
Ignacio Vera de Rada ...
El entendimiento nacional
El entendimiento nacional
Severo Cruz Selaez...
Platón y la importancia de la Filosofía
Platón y la importancia de la Filosofía
Ernesto González Valdés...

Encuesta

No hay encuestas activas para participar. Puede consultar nuestras encuestas anteriores