Walthy M. Egüez Paz
Corría el año 2006, radicábamos en Bolivia, algo más de dos décadas, en amistad con el dueño de la casa y los inquilinos que circunstancialmente habitaban la casa común. Como debe ser, precautelando mutuos intereses, nos entendimos bajo acuerdos claros, normas legales concretas, con sana y pacífica convivencia. Pero pasaron algunos años y hubo un catastrófico cambio de inquilinos, los que, sin importarles las razones del dueño de casa ni sus consecuencias, cambiaron las reglas de juego, nos echaron de un plumazo y sin mayores explicaciones, solo con la abusiva expresión: “tenemos la confianza del dueño, el pueblo”.
La pregunta de los afectados es por demás clara ¿y les da derecho a destruir lo que el dueño de esta casa ha construido en décadas de esforzado trabajo?, ¿y la seguridad que le ha costado alcanzar al dueño para tener acreedores e inversores que aseguren el sustento de su familia?
Los nuevos inquilinos, amparados por el MAS, en todas sus formas, hace casi 20 años actúan bajo la lógica de hacer solo lo que conviene a sus intereses, preocupando justificadamente a la buena vecindad y espantando las inversiones extranjeras que, en la hora de las sumas y restas, son imprescindibles para la economía del país.
Estos pésimos y torpes inquilinos del Palacio de Gobierno han agredido y echado a los mayores inversionistas de Bolivia, han violentado el mayor acuerdo internacional que tenía Bolivia con la inversión extranjera directa, las inversiones en hidrocarburos que sostuvieron la economía de la familia boliviana.
A estos malos inquilinos debemos recordarles que, debido a sus interesadas decisiones. la producción de gas natural cayó en 46% entre 2015 y mayo de 2024 y la de líquidos en 53%.
En 2015 la producción de gas natural, que era de 60 millones de metros cúbicos día (MMmcd) a mayo de 2024 cayó a 32,8 MMmcd, hoy estamos sufriendo las consecuencias de ese 47% menos.
Por si fuera poco, la producción de líquidos bajó de 60.800 barriles día en 2015 a 28.700 barriles día, también a mayo de este año. Mientras que la renta petrolera, la que despilfarraron, en 2014 alcanzó a 5.119 millones de dólares, en 2022 la dramática reducción fue a 2.143 millones de dólares y hasta este 2024 el desplome es de más del 59%.
Estos malos inquilinos del Palacio nos han llevado a la quiebra, no hay otra solución que echarlos.
Ustedes, nosotros, somos los dueños de esta casa de todos, llamada Bolivia y está siendo atacada por el MAS, que se ha convertido en un cáncer que debe ser extirpado de raíz, solo así recuperaremos la posibilidad de atraer inversiones externas para hidrocarburos, para hacer negocios en diferentes sectores energéticos, a fin de recuperar la seriedad de Estado y la economía.
Estos malos inquilinos han ocasionado destrozos, han desmantelado el techo y los muros, pero no las cimientes, que somos los millones de bolivianos que queremos vivir en democracia y libertad respetando las leyes.
Guste o no a “evistas” y “arcistas”, el mamotreto de economía que han creado los ha sobrepasado, son los inquilinos del Palacio que deben irse, su salida es irreversible y están obligados a asumirlo.
Evo Morales y Luis Arce Catacora, los responsables de este desastre, ya no tienen lugar en el Palacio de Gobierno de los bolivianos.
Como todos los malos inquilinos, ambos fueron a dar a las calles.
El autor es Diputado Nacional.