Noticia BO

Jarana diplomática

El Diario
Publicado Jueves, 29 de Agosto de 2024.
Jarana diplomática
sin entradilla

Manfredo Kempff Suárez

Como todo en este mundo está de cabeza y los cambios se suceden sin previo aviso, las extravagancias en la diplomacia también existen y nos sorprendemos (o no) cuando los mandatarios se insultan, cuando se rompen relaciones a troche y moche, cuando las naciones se amenazan y cuando incumplen compromisos pactados o simplemente ignoran las normas reconocidas en la comunidad internacional. Y hasta pareciera que funcionan viejas catapultas que lanzan pedrones de ida y vuelta por encima del Atlántico. Nada extraña en estos tiempos. Apelar a la Convención de Viena de 1961 para poner cierto orden, debe causar regocijo y risas, sobre todo en las festivas naciones latinoamericanas que, con aquello de la “diplomacia de los pueblos”, ya se han pasado por el forro toda norma de buen comportamiento y cortesía.

No sé exactamente cuántos meses hace que está en Bolivia el nuevo embajador argentino, Marcelo Adrián Massoni, y lo que inquieta es que todavía no haya presentado sus cartas credenciales al presidente Arce. Es una total desconsideración. Salvo que yo esté equivocado, Massoni presentó copia de sus credenciales a la cancillera Celinda Sosa, el mismo día en que entregaron sus respectivas cartas al jefe de Estado, como debe ser, los embajadores de Arabia Saudita, Zimbabue, Surinam, Eslovenia, Tailandia e India, todos representantes concurrentes, es decir sin residencia en Bolivia. Supusimos entonces que al embajador argentino lo recibiría el presidente Arce como se estila con los representantes residentes – como sucedió con su antecesor Basteiro– es decir en una amable conversación con el mandatario y con enarbolamiento de banderas y los Colorados de Bolivia interpretando los himnos nacionales.

Pero la lengua ponzoñosa de Maduro ya había envenenado cualquier encuentro y como el presidente Milei había expresado que Maduro, y los demás sátrapas zurdos eran una verdadera plaga, Arce, amigo fiel y socio de toda esa cofradía chabacana, se enojó. Además, Milei, como la mayoría de los bolivianos, no creyó el cuento del golpe militar de Zúñiga y lo dijo abiertamente. Doble molestia en Arce, y entonces el embajador Massoni, que ni credenciales había presentado a Su Excelencia, pagó el pato y tuvo que ir a dar explicaciones a doña Celinda (cancillera) y a doña María Nela (Ministra de la Presidencia) no solo de lo dicho por su presidente, sino, además, por la ministra Bullrich, quien, erróneamente, había expresado que existían 700 soldados iraníes perfectamente pertrechados en la frontera boliviano-argentina. La cancillería nacional, para demostrar su fastidio, llamó a “consultas” al embajador en Buenos Aires, el señor Tapia, como si el Kaiser alemán hubiera llamado sulfurado a Berlín a su plenipotenciario en París, en 1914.

Las relaciones entre Bolivia y Argentina no pueden estar peor en este momento. Claro que ambas cancillerías ahora se mandan besos y dicen que las cosas están bien, que el embajador Massoni está contento, que Milei ya se disculpó lo mismo que la señora Bullrich y que no hay que preocuparse porque Argentina ya no nos compre gas (que no lo tenemos) porque con esto del Mercosur y otras cositas vamos a establecer un magnífico y beneficioso intercambio. Sería fantástico que sucediera eso, pero no vemos cómo. Los bolivianos queremos sinceramente a la Argentina, fuimos parte de una misma patria (lo seguimos siendo a través de los cientos de miles de “bolitas” que laburan allí), tenemos héroes comunes como doña Juana Azurduy y admiramos, como todo el mundo, en la misma medida, a Sarmiento, Borges, Di Stéfano y Messi.

Lo del embajador Massoni ha sido desagradable pero no del todo inesperado. Con la gente que gobierna nuestro país actualmente todo se puede esperar. Les importa la ideología más que el interés nacional, pero no es la ideología de las ciencias sociales, del debate en torno a ideas fundamentales del hombre; se trata de nociones confusas donde el eje central es la pobreza, la miseria. En Bolivia disfrutamos con eso de la pobreza y de que nos roban todo. Nadie conocerá a un masista que no diga que nació y sigue pobre; que fue hijo de minero o cholita vendedora de mercado; todos vivieron con hambre, sin techo, abusados por los “karas”, hasta que llegaron al poder. El gran mérito fue ser pobre. Y la gran nota académica es, además, haber sido sindicalista y bloqueador de caminos.

El embajador Ariel Basteiro, que ocupó dos veces la representación argentina en La Paz, designado por Cristina Kirchner entre el 2012 y 2015 y por Alberto Fernández entre el 2021 y 2023, ante Evo Morales y Luis Arce respectivamente, lo vio todo muy claro, quedó encantado, y fue la antítesis de su sucesor. Es que allá gobernaba el kirchnerismo y aquí el masismo en sus dos vertientes: Evismo y Arcismo. Basteiro calzaba perfectamente con la “diplomacia de los pueblos” y no demoró en presentar sus credenciales a ambos mandatarios porque provenía del sindicalismo y de la pobreza. No era, ni mucho menos, el argentino elegante, educado, que conocíamos. Además, le encantaba la figuración, las fotos con la cholada bulliciosa, y pasándose por encima de todas las convenciones diplomáticas, asistía a los mítines políticos del MAS, a los desfiles con olor a pueblo, declaraba a favor del régimen y hasta bailaba con las “bartolinas”. Causaba estupor en la oposición, alegría en el oficialismo y silencio en su cancillería.  Dos embajadores, dos circunstancias distintas y dos comportamientos, en este enredo diplomático que tiene como generador de conflictos al electoralmente derrotado Maduro y que involucra a todo el vecindario.



Últimas noticias
Bolivia enfrenta crisis de confianza censal
Bolivia enfrenta crisis de confianza censal
Miguel Ángel Amonzabel Gonzales...
Se quema la Amazonia
Se quema la Amazonia
Eric L. Cárdenas del Castillo...
Políticos e ideologías
Políticos e ideologías
Severo Cruz Selaez...
Bolivia se nos quema
Bolivia se nos quema
Marcelo Miranda Loayza...
Otra guerra perdida
Otra guerra perdida
Humberto Vacaflor Ganam...
Una clase de economía que no resuelve la crisis
Una clase de economía que no resuelve la crisis
Luis Fernando Romero Torrejón...
El MAS se hace humo
El MAS se hace humo
sin entradilla...
El Padre Pérez
El Padre Pérez
Ronald MacLean Abaroa...
Gran incendio de Bolivia (I)
Gran incendio de Bolivia (I)
Juan José Toro Montoya...
Un país en llamas
Un país en llamas
Ronald Nostas Ardaya ...
Apocalipsis amazónico
Apocalipsis amazónico
sin entradilla...
Un problema que a pocos interesa
Un problema que a pocos interesa
Ignacio Vera de Rada ...
¿Docentes sin empleo?
¿Docentes sin empleo?
Ernesto González Valdés...
Invitación al manicomio
Invitación al manicomio
Humberto Vacaflor Ganam...
Tiempos que  nunca volverán
Tiempos que nunca volverán
Severo Cruz Selaez...
Hundir lo que flota
Hundir lo que flota
Lupe Cajías...
El sentido de nuestra vida es Cristo
El sentido de nuestra vida es Cristo
Víctor Corcoba Herrero...
Grave cuadro de deterioro ético
Grave cuadro de deterioro ético
Eric L. Cárdenas del Castillo...
Chistes en serio
Chistes en serio
David Foronda H....
País deshabitado
País deshabitado
Juan Carlos Ferreyra Peñarrieta...
Subsidio de zona
Subsidio de zona
Luis Alberto Callapino López...
Letales  perros robots
Letales perros robots
David Foronda H....
“Homo bolivianensis”
“Homo bolivianensis”
sin entradilla...
Engaño tras engaño
Engaño tras engaño
sin entradilla...
Censo 2024: sorpresas y dudas desatan controversia
Censo 2024: sorpresas y dudas desatan controversia
Miguel Ángel Amonzabel Gonzales...
Por una paz productiva
Por una paz productiva
Severo Cruz Selaez...
¡Volá alto, Tata!
¡Volá alto, Tata!
Ignacio Vera de Rada ...
El entendimiento nacional
El entendimiento nacional
Severo Cruz Selaez...
Platón y la importancia de la Filosofía
Platón y la importancia de la Filosofía
Ernesto González Valdés...

Encuesta

No hay encuestas activas para participar. Puede consultar nuestras encuestas anteriores