Noticia BO

Internet: ¡mi refugio!

El Diario
Publicado Lunes, 05 de Agosto de 2024.
Internet: ¡mi refugio!
sin entradilla

Abad San Diego Quispe Colque

De mi novela “Ella es mi refugio”, obra escrita para un amplio sector de estudiantes de nivel secundario y jóvenes universitarios, presentó una parte que se refiere al uso del Internet y sus vicios:
Salíamos con mi hermano mayor a un punto de Internet; el dueño era buena onda, también los amigos que concurren al sitio. Estábamos desde 14:00 hasta 17:00 p.m. Dirán, qué viciosos. Un día pasó que don Pancho falleció (dueño), fuimos a su entierro, vimos su ataúd. El tiempo pasó y salíamos más seguido con mi hermano, esperando que abran la puerta a la hora. Sabían jugar muchos juegos entre amigos, acompañado del Rock, ya que mi hermano y sus amigos me hacían escuchar y me gustó. Solían aumentar el tiempo del juego, quitando la computadora al que atendía y jugar sin pausa alguna (vicio).
Un día uno de los amigos de mi hermano me dijo, juguemos un juego dos contra dos. Solo faltaba el jefe final y perdieron los amigos. Recibimos otra invitación para ver una película de terror y comer pollito. Llegamos cerca del Internet y trajeron comida y vimos una película de terror: “Terminé llorando”, me impactó la película. Otro día, compramos comida: Pollos a la broaster, para invitar a los amigos. Con ellos, fuimos a un parque, nosotros nos sentamos en una banca y los amigos en los columpios, y pues una de las cadenas se rompió y cayeron, matándonos de risa…
La mayoría del tiempo pasamos con Ricardo (el mejor amigo de mi hermano), con él sabíamos ir a muchos sitios de Internet y sabían ser chistoso. Cualquier cosa que decía hacía reír a carcajadas, era muy gracioso. A ese internet iban muchos, porque habían cerrado al que íbamos nosotros. Una tarde, papá quería que le mostrara este sitio de Internet. Tenía miedo, le expliqué dónde quedaba. Pero mi hermano quería ocultar la verdad. Volvimos a casa y pasó la noche. Al día siguiente, sin causa alguna me botaron del Internet. El dueño que era uno de los amigos de mi hermano me fichó y le dijo: “Tú puedes entrar, pero tu hermano no…”, me llevó a otro Internet que quedaba más abajo, yo le pregunté: ¿Qué pasó, por qué me botaron?
No respondió, encontramos otro sitio de Internet y me dejó ahí mismo y se fue sulfúrico. Yo también estaba muy enojado, molesto y triste con una computadora “chafa”, que ni siquiera tenía sonido, y pues estaba aburrido, miraba la puerta para saber si mi hermano venía a llevarme a casa. La verdad, sufría en ese Internet y no entendía por qué mi hermano no me defendía, como yo lo había hecho a él, cuando mi papá le regañaba por ir a esos sitios informáticos. ¿Acaso está mal preocuparse por un hermano?
Pasaron los días, no quería ir a esos sitios de Internet, porque sabía que iba a quedarme solito y aburrirme, ya no me divertía y me reía. No estaba mi hermano, no había juegos, tampoco sonido, estaba triste y no quería ir a esos sitios de vicio informático.
Con este relato trato de mostrar lo poderoso que es el Internet para atrapar imperativamente la atención y tiempo de los niños y niñas, cuando no tienen control estricto de sus padres o personas mayores, convirtiéndose poco a poco en un vicio y mi punto de refugio.

 



Últimas noticias
La peligrosa vigencia del populismo
La peligrosa vigencia del populismo
Ronald Nostas Ardaya ...
Actuar o renunciar
Actuar o renunciar
Fabian Freire...
Un mejor mañana para todos
Un mejor mañana para todos
Víctor Corcoba Herrero...
Bolivia enfrenta crisis de confianza censal
Bolivia enfrenta crisis de confianza censal
Miguel Ángel Amonzabel Gonzales...
Se quema la Amazonia
Se quema la Amazonia
Eric L. Cárdenas del Castillo...
Políticos e ideologías
Políticos e ideologías
Severo Cruz Selaez...
Bolivia se nos quema
Bolivia se nos quema
Marcelo Miranda Loayza...
Otra guerra perdida
Otra guerra perdida
Humberto Vacaflor Ganam...
Una clase de economía que no resuelve la crisis
Una clase de economía que no resuelve la crisis
Luis Fernando Romero Torrejón...
El MAS se hace humo
El MAS se hace humo
sin entradilla...
El Padre Pérez
El Padre Pérez
Ronald MacLean Abaroa...
Gran incendio de Bolivia (I)
Gran incendio de Bolivia (I)
Juan José Toro Montoya...
Un país en llamas
Un país en llamas
Ronald Nostas Ardaya ...
Apocalipsis amazónico
Apocalipsis amazónico
sin entradilla...
Un problema que a pocos interesa
Un problema que a pocos interesa
Ignacio Vera de Rada ...
¿Docentes sin empleo?
¿Docentes sin empleo?
Ernesto González Valdés...
Invitación al manicomio
Invitación al manicomio
Humberto Vacaflor Ganam...
Tiempos que  nunca volverán
Tiempos que nunca volverán
Severo Cruz Selaez...
Hundir lo que flota
Hundir lo que flota
Lupe Cajías...
El sentido de nuestra vida es Cristo
El sentido de nuestra vida es Cristo
Víctor Corcoba Herrero...
Grave cuadro de deterioro ético
Grave cuadro de deterioro ético
Eric L. Cárdenas del Castillo...
Chistes en serio
Chistes en serio
David Foronda H....
País deshabitado
País deshabitado
Juan Carlos Ferreyra Peñarrieta...
Subsidio de zona
Subsidio de zona
Luis Alberto Callapino López...
Letales  perros robots
Letales perros robots
David Foronda H....
“Homo bolivianensis”
“Homo bolivianensis”
sin entradilla...
Engaño tras engaño
Engaño tras engaño
sin entradilla...
Censo 2024: sorpresas y dudas desatan controversia
Censo 2024: sorpresas y dudas desatan controversia
Miguel Ángel Amonzabel Gonzales...
Por una paz productiva
Por una paz productiva
Severo Cruz Selaez...

Encuesta

No hay encuestas activas para participar. Puede consultar nuestras encuestas anteriores