La guerra es lucha armada entre dos o más naciones, o entre bandos de una misma nación. La definición se encuadra, por ejemplo, en las guerras entre Israel y Hamás en Palestina, o la que tiene lugar entre Rusia y Ucrania. Asimismo, hay otras guerras entre habitantes de un mismo país por intereses políticos, raciales y de otra naturaleza.
Pero se habla mucho en Bolivia de que ha surgido desde hace algún tiempo una “ch’ampa” guerra entre facciones del partido político gobernante. Los que observan estos hechos dicen: Luis Arce Catacora, no responderá a los mandatos de su jefe antiguo, el ex presidente Evo Morales, porque ya dijo que “se negó a ser títere”. Entonces con mayor fuerza, comentan, se dan enfrentamientos entre ambos, lo que en la realidad viene a ser una ch’ampa guerra.
En nuestra historia las llamadas ch’ampa guerras han sido disputas entre los caudillos que querían manejar Bolivia y para ello no dudaban en perturbar la tranquila vida de distintos segmentos sociales, sobre todo del agro, lo que generalmente acarreaba mucha violencia. Se dio, dicen, entre los caudillos del MNR, como Víctor Paz, Walter Guevara y otros, en la década del 60 en los valles cochabambinos, con saldos de muertos y heridos entre los campesinos seguidores de los bandos en pugna. Otros investigadores incluso apuntan que estos “ch’amperíos” vienes desde la época colonial, por ambiciones personales o de grupo, con los mismos intereses.
A pesar de que han pasado cientos de años, continúa perviviendo, quizá convertido ya en una especie de idiosincrasia, por cuanto la “ch’ampa” (palabra quechua y aymara) guerra da lugar al “dividir para reinar”. De ahí que algunos añaden que “significa enredo de muchas cosas, chenko, no tiene pies ni cabeza, carece de dirección que salte a la vista, siendo peleas sin cuartel, y que no tienen mayor significado”.
Asimismo, aquellas se dan no sólo en la política, o la politiquería, sino en todo sector donde al buscar el mando, también por intereses económicos, surgen enfrentamientos violentos. Puede ser en el sector minero, laboral, entre otros, produciéndose deplorables “ch’ampa” guerras. Actualmente se desarrolla entre “hermanos” de una misma línea partidaria, aunque muchos dudan que sea real y enfatizan que se trata de un “libreto” bien elaborado a cargo de gente foránea.
Como fuere, éstas no dejan de causar preocupación y hasta incertidumbre en la familia boliviana, y temen que de una “ch’ampa” guerra se pueda pasar a una guerra de verdad. Lo que es peor, ello ocasiona alzas de precios de productos de la canasta familiar, al margen de generar numerosas trabas a la vivencia diaria del boliviano, que tiene que ver de palco, a la fuerza, esas arremetidas entre los bandos en discordia. Se espera que esta “ch’ampa” guerra quede frenada, para evitar días dolorosos para la Patria, enfatizan, por intereses foráneos que ponen en riesgo a toda la nación.
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