Álvaro Riveros Tejada
En forma sorpresiva, el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, anunció a través de su despacho, que el gobierno del presidente Luis Arce hará cumplir la solicitud de extradición a Estados Unidos del Cnel. Maximiliano Dávila, ex jefe de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico y Zar antidrogas del gobierno de Evo Morales, atendiendo un fallo del Tribunal Supremo de Justicia.
Sobre el particular, el expresidente y líder cocalero, a tiempo de referirse a su relación con el mencionado oficial, con una característica muy propia suya indicó que no conocía al tal Cnel. Maximiliano Dávila, al menos antes de que éste fuera investido en los indicados cargos. Es más, el propio nombramiento de Dávila lo atribuye a su anterior Ministro del Interior y al Viceministro, a quienes él habría encomendado que revisen la medida. Sin embargo, sectores de la oposición señalan que Dávila era el hombre de confianza de Morales. Una fotografía en el cumpleaños del líder del MAS así lo confirmaría, pero el exmandatario asegura que esa imagen fue tomada por cortesía y le es cara conocida.
Es más, lo sorprendente e interesante del caso es la enorme como confidencial información oficial sobre los tejemanejes de la embajada norteamericana, a la que el líder cocalero hace gala de tener acceso, lo que revela, al igual que un Manuel Rocha, o que él es un agente o sencillamente un espía que está paranoico, por lo que pueda suceder con la extradición de su subalterno, quien, a tiempo de ser apresado, exclamó a gritos: “Solo me están haciendo esto para perjudicar a Evo”.
Recordemos que muchos ex dignatarios de estado latinoamericanos han sido extraditados a los Estados Unidos, donde los que cayeron fueron sencillamente apresados en sus viajes o mediante una invasión, como fue el caso de Noriega en Panamá; Alfonso Portillo (2000-2004), encarcelado en Estados Unidos, Álvaro Colom (2008-2012) detenido y encarcelado en 2018 por su presunta relación con el caso de fraude y malversación y Otto Pérez Molina (2012-2015), condenado a 16 años de prisión en 2022 por asociación ilícita y fraude aduanero, Alejandro Toledo (2001-2006), actualmente en los EEUU, país que aprobó su extradición.
En el caso del General René Sanabria, un brillante policía que, en su calidad de titular de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico, en menos de medio año de gestión logró la incautación de 28 toneladas de cocaína en el año 2008. El premio que le fue concedido por dicha gestión fue su ascenso a General y ocuparse de la Jefatura del Tribunal de Disciplina de la Policía. Curiosamente, en 1911 fue preso en Arica por transportar la ridícula cantidad de 144 Kg. de la droga, caso que devino en una condena a prisión de 14 años en los EEUU. Es obvio que tal hecho contó con el beneplácito de la DEA que, como recompensa le permitió su retornó al país en enero de 2021, sin cumplir los 14 años de condena.
En lo referente al líder cocalero, es extraño su temor ya que nunca fue señalado por los Estados Unidos en el tema del narcotráfico y menos habiendo expulsado a la DEA de Bolivia; al embajador Philip Goldberg; por el establecimiento de relaciones con Irán; por el estrecho vínculo con la Rusia de Putin; por su adscripción al Foro de Sao Paulo castrochavista y otras “contravenciones en contra del Imperio” que hoy, en lugar de extradición, simplemente merecerían su devolución.