Raúl Ruiz Roca
En el corazón de la Amazonia boliviana, el lago Tumichucua, una de las maravillas turísticas de Riberalta, en el Departamento del Beni, guarda secretos que alimentan la imaginación de sus visitantes. Según las leyendas locales, en sus profundidades habita una fiera colosal, un monstruo que despierta y deambula por las noches, alimentándose de la esbelta vegetación del lugar. Sin embargo, este relato fantástico no es más que un reflejo de la verdadera “Fiera” que domina el lugar: La imponente y sublime belleza natural del lago Tumichucua.
Ubicado al norte del Beni, cerca de la frontera con Brasil, entre los ríos Madre de Dios y Beni, este lago, cuyo nombre en lengua indígena Tacana significa “Isla de los Motacuses” (Palmera de Motacú), tiene 4,4 kilómetros de largo y hasta 1,4 Km de ancho en un bucle del río Beni. La isla interior, con su forma de gota de agua se dice que se mueve durante la noche, agregando un toque de misterio a la ya mágica atmósfera del lago.
La comunidad local ha sabido aprovechar este escenario de ensueño, ofreciendo a los visitantes una variedad de actividades y servicios. Desde hospedaje confortable hasta entretenimiento acuático, Tumichucua es un destino que encanta a todos. En el lugar los turistas pueden navegar en canoas, deslizadores o motos acuáticas, o simplemente disfrutar de un refrescante baño en sus apacibles aguas.
Algo extraordinario es el paseo en canoa por el extremo norte del lago, en medio del bosque bajo. Este recorrido permite descubrir plantas de cacao y palmeras de Motacú, conduciendo a las orillas del lago Peking, donde habitan caimanes y anacondas. También se puede disfrutar de la fascinante vista con paseos a caballo y su gastronomía única, preparada con ingredientes frescos y auténticos. Pero la verdadera maravilla del lugar es tener la oportunidad de un encuentro cercano con la vida silvestre amazónica. Los senderos alrededor de Tumichucua ofrecen vistas espectaculares de la vegetación local, incluyendo los majestuosos árboles de Mapajo, cuyas copas gigantescas parecen tocar el cielo. Estos paseos son una invitación para conectarse profundamente con la naturaleza y para maravillarse con la biodiversidad de la región. Visitar el lago Tumichucua es, sin duda, una experiencia inolvidable que invita a apreciar y proteger nuestra herencia natural.
El lago Tumichucua, situado en la Provincia Vaca Díez, a 27 Km de Riberalta, es accesible durante todo el año. Se puede llegar por cuenta propia o en transporte público desde Riberalta, lo que facilita a los viajeros explorar este rincón de la Amazonia.
Esta maravilla turística, tendrá pronto una Ley que declara Patrimonio Nacional y Cultural de Bolivia al Lago Tumichucua, pendiente de ser aprobada en la Asamblea Legislativa, la que promoverá el desarrollo sostenible que beneficie a las comunidades locales, resaltando el ecoturismo comunitario y la riqueza natural y cultural de esta hermosa región.
Por todo ello, se destaca que el verdadero “monstruo” del lago Tumichucua, no es una bestia de pesadilla, sino la belleza natural que seduce y asombra a todos los que tienen la fortuna de visitarlo; esta fiera magnifica de la naturaleza es el verdadero tesoro de la Amazonia Boliviana, un recordatorio de la majestuosidad y el misterio que aún perviven en el corazón de nuestra tierra.
El autor es Abogado beniano, Director del Centro de Investigación CINDEPRO.