Vivimos tiempos de cambio permanente. Unos dÃas amanecen con el cielo despejado y otros dÃas con el cielo cargado de nubarrones. Quisiéramos significar, con estas palabras, que el rumbo histórico de la Patria está sujeto al cambio, lo mismo que el tiempo.
La Bolivia de 2024, en consecuencia, ha cambiado profundamente, con relación a la Bolivia de 2006. Probablemente aún quedan algunos resabios polÃticos. Pero la mentalidad innovadora y de unidad nacional, adquirió tremenda fuerza en los últimos 18 años. Es un avance notorio e histórico. Los problemas que se manifestaron ayer, son diferentes a los del presente. El crecimiento vegetativo de la población también ha sido enorme.
Se imponen en la actualidad “dÃas cargados de nubarronesâ€, por cuanto la crisis económica pretende reactivar el desencuentro, en desmedro de la convivencia pacÃfica. En perjuicio de las acciones productivas que pudieran atraer divisas. “El Gobierno no tiene respuesta a la crisis económica, sino se dedica a montar una narrativa polÃtica de un supuesto golpe, debido a que no tiene propuestas para salir de la crisis económica en la que se encuentra el paÃsâ€, reiteró el consultor financiero, Jaime Dunn (1). Los “nubarrones negros†han provocado la escasez, no sólo de la moneda estadounidense, sino de combustibles. La pérdida, entre otras cosas, del poder adquisitivo del boliviano. Inclusive han deteriorado la canasta familiar.
Tuvimos, asimismo, “dÃas con cielo despejadoâ€, que nos han permitido, durante una década aproximadamente, preciarnos de una bonanza económica, producto del auge gasÃfero. “El milagro bolivianoâ€, decÃan algunos. “Entre 2005 y 2014 el sector hidrocarburos aportó más de 15.000 millones de dólares en divisas a las Reservas Internacionales Netas (RIN). Representó el 50% de las exportaciones nacionales. También aportó con 28.000 millones de dólares por renta hidrocarburÃfera a favor del Estado. El 46% de la renta hidrocarburÃfera fue hacia los niveles subnacionales y universidades públicasâ€, según Jubileo (2).
Hoy se impone, desgraciadamente, una coyuntura de incertidumbre económica, porque fueron reducidos los ingresos al ente emisor. El gas se hizo gas y ahora nos llenamos la boca con Mayaya. Una situación que exige ajustarse los cinturones, medida que afectará, con mayor rigor, a las personas necesitadas. Pero quienes no sentirán esa cruda realidad, son aquellos que, en democracia, han medrado con recursos fiscales. Incluyendo a exdignatarios de Estado. Millones de bolivianos tendrán que asumir la austeridad, porque no tienen otra opción. Estamos en un callejón sin salida.
En suma: gobernantes y gobernados están conminados a trabajar, sin pausa, en la histórica perspectiva de construir un futuro mejor. ¡Lo antes posible!
NOTAS
(1) “Sectores productivos desaceleran actividad por escasez de dólaresâ€. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 21 de julio de 2024.
(2) “Plantean tres acciones para reactivar sector hidrocarburosâ€. EL DIARIO, 7 de julio de 2024.