Raúl Quispe
La novela: “Ella es mi refugio”, fue escrita por un estudiante de quinto año de nivel secundario: Abad San Diego Quispe Colque, quien muy emocionado presentó su obra, casi al cierre mismo de la Feria Internacional del Libro (11/08/2024), que se desarrolló en la ciudad de La Paz, con mucho éxito, por cierto, gracias a sus organizadores.
Ingresando de lleno a las partes periféricas de la edición de la novela, quiero develar en esta ocasión algunos momentos gratos e ingratos, vividos con Abad; tanto en la producción gráfica, escritura, transcripción, edición y publicación de su libro. El año pasado, cuando estaba ocupado en la revisión de un trabajo de investigación posgradual, mi hijo discretamente me preguntó: Papi, ¿Qué es una tesis? ¿Cuántos libros has escrito? ¿Cuántas revistas tienes? ¿Para qué escribes…?
Preguntas a las cuales respondí con algo de nerviosismo y cautela, por supuesto: porque hasta esa fecha ninguno de mis hijos se había preocupado por la escritura, libros y novelas de mi humilde estante. Además, no sabía que mi hijo menor, había estado siguiendo mis pasos de “escritor aficionado”. Pasado el tiempo, en enero de 2024, mi hijo me sorprende con el borrador de su novela, diciendo: Papi, Estoy escribiendo una novela, ¿puedes revisarla, por favor…?
Al escuchar de su voz: ¡Estoy escribiendo una novela…!, me invadió una grata emoción por todo el cuerpo, nos abrazamos de felicidad… Y, por supuesto, acepté de inmediato ser su editor o revisor. Esta emoción, no pude abstenerme, ni guardar en secreto, llamé a su mamá, para compartir esta noticia, que indudablemente causó orgullo a todos los miembros de la familia.
Mirándonos admirados con su madre, solo atiné a invitar al autor a una celebración de esta producción literaria. Es así, que bajamos al centro de la ciudad de La Paz, a celebrar con un riquísimo plato de “wallaqi”. Luego, de unas fotos del recuerdo; recién se presentaría el trabajo menudo de una primera lectura, revisión minuciosa del contenido y transcripción de la novela. Y creo que es aquí donde fallé a mi hijo, por falta de tiempo y recursos, tardamos muchísimo en la transcripción y publicación de la novela.
En esas preocupaciones cotidianas, un día mi hijo muy agitado con la convocatoria en mano, me dice: Papi, “Necesito que termines pronto la revisión y transcripción de la novela”, porque tengo que participar en un concurso: Descubriendo talentos artístico-literarios de mi colegio. Entonces, a teclear se dijo en la computadora, lo más rápidamente posible, deduciendo el lenguaje juvenil y códigos que manejan actualmente.
Tomé contacto con el dueño de la imprenta: que por cierto estaba muy ocupado en la impresión de otros trabajos. Y, casi implorando, pido que imprima primero solo cinco ejemplares de tipo cuaderno, porque el jurado evaluador, así lo exigía para clasificar a la instancia distrital. La participación a nivel de Distrito Educativo de El Alto-2, es otra historia de alegrías, preocupaciones, frustraciones, que vivieron con su madre y asesores de curso.
Pasado el concurso de distrito, me llamó mucho la atención, que mi hijo no haya clasificado a la fase departamental, porque pusimos todo el empeño, dedicación y esfuerzo económico e intelectual, a la edición y publicación de la obra. Finalmente, pido al público lector y Ministerio de Educación, apoyo económico para los jóvenes, que escriben sus experiencias de vida y se animan a presentar sus obras en la Feria Internacional del Libro.