Noticia BO

Con sus manos callosas

El Diario
Publicado , 01 de Septiembre de 2024.
Con sus manos callosas
Ernesto González Valdés

Ernesto González Valdés

Estaba en la peluquería, a donde voy cada tres semanas, a pesar de mi escasa cabellera, y me comentaba el joven barbero que había visitado, después de año y medio, a sus abuelos en una zona rural alejada de la ciudad, en un pueblo muy pequeño, de unos 9.000 habitantes.
Me dijo que su llegada al pueblo era todo un espectáculo, «llegó el nieto de…», decían. Su visita la llevó a cabo en medio de las fiestas patronales, en las que tuvo que participar, por supuesto en la medida que me relataba las costumbres de todo un pueblo con fervor católico, con bailes, juegos y otros. Mi imaginación traducía la fiesta popular con colores, música, sonrisas, alegría al menos “en modo virtual”, haciendo uso del vocabulario actual, ligado a la tecnología.
No podía faltar la siguiente pregunta al especialista en corte de cabello (en serio): «¿Y tus abuelos no vienen a la ciudad capital?, «Sí, respondió», «…pero no les gusta mucho, vienen por muy corto tiempo a visitar a la familia, a otros hermanos, nietos y tal vez durante un par de días, pues se muestran desesperados por regresar a su terruño».
Continuando con el diálogo, lo que hacía que el corte de pelo fuese aparentemente más rápido del habitual, continúe: «¿a ellos no les gustaría vivir en la ciudad?». Me respondió: «No les gusta el ruido, la inseguridad ciudadana, ver a personas que no se saludan, que viven apurados. Además, extrañarían levantarse y no observar el verde de las montañas, el rocío de la mañana, y trabajar (a pesar de la edad de mi abuelo), la siembra y recolecta de maíz, el café hecho con leña, por mi abuela».
Y a pesar del temor que yo tenía de perder una oreja por la conversación… él seguía: «¿sabe qué?, para abuelo lo peor de todo es ponerse calzado de cuero, le aprieta, le cuesta acordonarse los mismos, y por ello lo que más le gusta son sus sandalias toscas, y cuando puede hasta anda descalzo».
«¿Es muy mayor tu Tata?», le pregunté. «Y sí!», fue su respuesta, «nunca fue a la escuela, si le viese las manos, son gruesas, callosas, como hombre de trabajar la tierra, al fin y al cabo, pero a pesar de no saber leer ni escribir, no hay quien le gane en el arte de tener productivos sus pedacitos de tierra donde cosecha».
Ya terminado el corte (la oreja seguía ahí), el tiempo había sido el mismo, mientras seguía girando el poste de barbero, le agradecí por hacerme saber mucho de su familia, hasta le pide que le enviase un saludo de mi parte a su Tata.
Ya en busca de la salida, para dirigirme a casa, pensé… pronto llegaremos al primer cuarto de este siglo y aún seres humanos siguen sin asistir a la escuela, –no es un deshonor trabajar la tierra–, ¡pero tanta pobreza, inequidad!».
¡Cuánto nos queda por hacer entender que la Educación debe llegar a todos los rincones de nuestro planeta!

El autor es Licenciado en Ciencias Pedagógicas.



Últimas noticias
Bolivia enfrenta crisis de confianza censal
Bolivia enfrenta crisis de confianza censal
Miguel Ángel Amonzabel Gonzales...
Se quema la Amazonia
Se quema la Amazonia
Eric L. Cárdenas del Castillo...
Políticos e ideologías
Políticos e ideologías
Severo Cruz Selaez...
Bolivia se nos quema
Bolivia se nos quema
Marcelo Miranda Loayza...
Otra guerra perdida
Otra guerra perdida
Humberto Vacaflor Ganam...
Una clase de economía que no resuelve la crisis
Una clase de economía que no resuelve la crisis
Luis Fernando Romero Torrejón...
El MAS se hace humo
El MAS se hace humo
sin entradilla...
El Padre Pérez
El Padre Pérez
Ronald MacLean Abaroa...
Gran incendio de Bolivia (I)
Gran incendio de Bolivia (I)
Juan José Toro Montoya...
Un país en llamas
Un país en llamas
Ronald Nostas Ardaya ...
Apocalipsis amazónico
Apocalipsis amazónico
sin entradilla...
Un problema que a pocos interesa
Un problema que a pocos interesa
Ignacio Vera de Rada ...
¿Docentes sin empleo?
¿Docentes sin empleo?
Ernesto González Valdés...
Invitación al manicomio
Invitación al manicomio
Humberto Vacaflor Ganam...
Tiempos que  nunca volverán
Tiempos que nunca volverán
Severo Cruz Selaez...
Hundir lo que flota
Hundir lo que flota
Lupe Cajías...
El sentido de nuestra vida es Cristo
El sentido de nuestra vida es Cristo
Víctor Corcoba Herrero...
Grave cuadro de deterioro ético
Grave cuadro de deterioro ético
Eric L. Cárdenas del Castillo...
Chistes en serio
Chistes en serio
David Foronda H....
País deshabitado
País deshabitado
Juan Carlos Ferreyra Peñarrieta...
Subsidio de zona
Subsidio de zona
Luis Alberto Callapino López...
Letales  perros robots
Letales perros robots
David Foronda H....
“Homo bolivianensis”
“Homo bolivianensis”
sin entradilla...
Engaño tras engaño
Engaño tras engaño
sin entradilla...
Censo 2024: sorpresas y dudas desatan controversia
Censo 2024: sorpresas y dudas desatan controversia
Miguel Ángel Amonzabel Gonzales...
Por una paz productiva
Por una paz productiva
Severo Cruz Selaez...
¡Volá alto, Tata!
¡Volá alto, Tata!
Ignacio Vera de Rada ...
El entendimiento nacional
El entendimiento nacional
Severo Cruz Selaez...
Platón y la importancia de la Filosofía
Platón y la importancia de la Filosofía
Ernesto González Valdés...

Encuesta

No hay encuestas activas para participar. Puede consultar nuestras encuestas anteriores