El 214 aniversario de la gesta libertaria de Cochabamba, una de las ciudades más vibrantes y prometedoras de Bolivia, no es solo una oportunidad para celebrar su pasado colonial y republicano, sino también para reflexionar sobre su presente y futuro. En este día tan especial, se hace evidente que la clave para el desarrollo continuo de la ciudad radica en la unidad regional y en la explotación de su inmenso potencial productivo.
Cochabamba, conocida por su posición estratégica en el corazón de Bolivia, por su clima agradable y su gastronomía única y criolla, ha sido y es un epicentro de actividad educativa, económica, cultural, social y de salud. La historia de la ciudad está marcada por el espíritu de lucha de su gente, su capacidad de adaptación y su espíritu emprendedor. Desde sus inicios, ha sido testigo de transformaciones significativas, pero también ha mantenido una identidad fuerte que la distingue.
Hoy, Cochabamba se enfrenta a nuevos desafíos y oportunidades en la ciudad y en el campo. La celebración de su aniversario nos recuerda no solo los logros alcanzados, sino también la importancia de mirar hacia adelante con una visión renovada, pero siendo realistas de que hace falta un mejor nivel de coordinación departamental entre sus instituciones. La problemática latente de su comercio informal impide el paso de los peatones por las calles, un río Rocha echado al olvido que se ha convertido en lugar de sicariato y antro de drogadictos, una mejor educación vial tanto de conductores de motorizados como de peatones que ponga un alto a la ola de accidentes y la priorización de lo que genera un mejor bienestar para sus millones de habitantes.
Uno de los mensajes más urgentes que emerge en este aniversario es la necesidad de una mayor unidad regional entre sus autoridades. En un mundo cada vez más interconectado, la colaboración entre diferentes niveles de gobierno y entre las distintas áreas de la región se ha convertido en un imperativo.
Las autoridades regionales, municipales y locales deben trabajar en estrecha colaboración, compartiendo conocimientos y recursos para diseñar e implementar políticas que favorezcan el desarrollo integral. La coordinación en áreas como infraestructura, educación, salud y seguridad puede conducir a soluciones más efectivas y sostenibles. Además, una visión unificada permitirá enfrentar desafíos globales, como el cambio climático y un mejor presupuesto que atienda la inmensa demanda de atención de calidad en el sistema de salud y de una educación transformadora.
El sector agrícola, tiene un potencial significativo para el crecimiento. Cochabamba, con su fértil valle, es conocida por la producción de alimentos de alta calidad. La modernización agrícola y la inversión en infraestructura adecuada pueden transformar esta actividad en un motor aún más potente para la economía local. El turismo es incipiente aún y sin una visión estratégica departamental para sacarle más provecho y generar ingresos.
En este aniversario, el llamado es claro: es hora de unir esfuerzos para construir un futuro prometedor para Cochabamba. La colaboración entre autoridades y ciudadanos es esencial para potenciar las fortalezas de la ciudad y superar los desafíos que se presenten. La unidad regional social, institucional y empresarial rumbo al Bicentenario de Bolivia es la meta.
La autora es comunicadora social, docente de postgrado de la UPB y articuladora institucional.