Mucha gente sostiene que los billetes antiguos resultaron ser m谩s durables que los instituidos durante el gobierno de Morales Ayma. Los mismos se deterioran, opinan, con mayor rapidez. Otros dir谩n lo contrario, y sin embargo lo evidente es que se trata de nuestra moneda boliviana, la cual, hoy, va perdiendo su capacidad adquisitiva, seg煤n miembros de diferentes estamentos sociales, debido a los problemas econ贸micos, como la falta de d贸lares, entre otros.
A prop贸sito de ello, el Banco Central de Bolivia hizo conocer que destruy贸 en los 煤ltimos ocho a帽os 803 millones de piezas de billetes deteriorados. A la vez dio cuenta sobre el ingreso en circulaci贸n de 321,5 millones de piezas nuevas de distintas denominaciones, o cortes, como se dice en t茅rminos que no dejan de ser corrientes. Esa cantidad, de acuerdo con una nota period铆stica, tiene un valor de 18.000 millones de bolivianos. Asimismo se anunci贸 鈥渓a adjudicaci贸n del suministro de un nuevo bloque de billetes a una empresa francesa que proveer谩 un total de 321.5 millones de piezas de billetes en diversas denominaciones, suministro que representa un valor total de Bs 18.000 millones, y tiene como objetivo satisfacer la demanda de efectivo en el pa铆s鈥, seg煤n el BCB, 鈥減ara reponer billetes deteriorados a causa de suciedad, decoloraci贸n, rasgaduras, mutilaciones y agujeros鈥.
Es as铆 que entre los a帽os 2016 y 2024 el BCB destruy贸 un total de 803 millones de piezas de billetes 鈥渧iejos鈥 que ten铆an un valor de 34.300 millones; se trata de operaciones rutinarias del ente emisor, seg煤n se explic贸, a帽adiendo que se espera que los billetes 鈥渇lamantes鈥 est茅n en circulaci贸n hasta fines de julio.
En torno a esta realidad, mucha gente suspira al evocar la Casa Nacional de Moneda de Potos铆 que comenz贸 a operar en 1572, y tiene un largo historial de orgullo para Bolivia, ya que se moderniz贸 y se trabaj贸 desde 1869 hasta 1909 con modernas m谩quinas a vapor, adquiridas bajo la presidencia de Mariano Melgarejo, para el mismo 1909 ser instaladas las nuevas m谩quinas el茅ctricas que acu帽aron hasta el a帽o 1951, cuando concluy贸 el proceso de acu帽aci贸n, que se prolong贸 por m谩s de 400 a帽os.
Se puede se帽alar que pudimos haber tenido nuestros propios billetes impresos ah铆, pero como siempre, la discordia y los intereses oscuros impiden todo, como acontece con los ferrocarriles que sal铆an desde la vieja estaci贸n central y que hoy de un plumazo se ha impedido que vuelvan a circular al menos hasta El Alto, aduciendo 鈥渃ompetencia desleal para el transporte de carga de motorizados鈥. Lo que hace pensar que muchos antiguos hombres de gobierno pensaban mejor, haci茅ndolo en bien del pa铆s, y deponiendo sus propios intereses. En fin, seguiremos 鈥渋mportando鈥 billetes, y viviremos con ausencia de trenes en La Paz.
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