El primero de octubre Irán disparó alrededor de 200 misiles hacia Israel (“Operación Promesa Verdadera 2”). El ataque se llevó a cabo cuatro días después del asesinato de la cabeza de Hezbolá, Hasan Nasrallah, en el Líbano (27 septiembre) y casi dos meses después del asesinato del líder político de Hamas, Ismael Haniya, en Teherán (30 de Julio). Es la segunda vez en la historia moderna que Irán ataca directamente a Israel, algo impensable en el Medio Oriente de hace poco más de un año.

Para el conocido analista militar estadounidense Scott Ritter, el propósito del ataque fue similar al primero: demostrar la precisión de Irán capaz de alcanzar cualquier objetivo dentro de Israel a pesar de sus sistemas de defensa aéreos y la ayuda de occidente. Los misiles no buscaban matar el mayor número de militares o civiles israelís.

Defensa quebrada. Israel posee un sistema de defensa aéreo de múltiples capas. El más conocido es el “Domo de Hierro”. Establecido el 2011 con billones de dinero estadunidense y diseñado por Daniel Gold, esta primera capa tiene el objetivo de interceptar cohetes de corto alcance, proyectiles y artillería; armamento que normalmente poseen grupos no estatales como Hamás en Gaza y Hezbolá en el Líbano. No está diseñado para el ataque varios misiles balísticos como los que provinieron de Irán.

Para aquello está el sistema “Honda de David” y los misiles “Arrow 3”. La “Honda de David”, desarrollada con la multinacional armamentística Raytheon, intercepta misiles balísticos de corto y medio alance con baja altitud, como también drones y misiles de crucero. Los “Arrow 3”, desarrollados en con la multinacional aeroespacial Boeing, están diseñados para interceptar misiles balísticos de largo alcance y altura.

Se reporta que en este último ataque Irán usó misiles hipersónicos. Ya en junio del 2023 se había presentado públicamente los “Fatah 1” –los primeros misiles de este tipo desarropados por Irán– y en noviembre del 2023 se presentaron los “Fatah 2”, capaces de transportar ojivas nucleares. Debido a su velocidad, los misiles hipersónicos no pueden ser detectados por cualquier sistema de radar moderno y por lo tanto interceptados. Mucho menos si, como demostró Irán, los sistemas de defensa aéreos del objetivo son saturados.

Daños. El Consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, el mismo día del ataque aseveró de que no se conoce “ningún daño de aeronaves o de activos militares estratégicos de Israel”. Lo mismo fue repetido por Joe Biden. No obstante, sí existieron daños.

Uno de los principales objetivos, al igual que en los ataques de abril, fue una de las bases militares aéreas más grandes de Israel: “Nevatim”. Cerca de la ciudad de Beersheva, la cuarta más populosa del país, Nevatim alberga varios aviones F-35 estadounidenses de la multinacional Lockheed Martin como también las “alas de zion”; el principal avión gubernamental encargado de transportar al Netanyahu. Seria precisamente desde esta base donde despegaron los aviones que asesinaron a Nasrallah y bombardearon el Líbano.

Por otro lado, medios de comunicación iraníes (Press TV) también reportaron ataques contra la base central de Mossad en Tel Aviv y la base aérea de Tel Nof que alberga varias fuerzas especiales. Hay poca información, como si se tratara de ocultarlo, de daños a otros sitios como las instalaciones de gas/petróleo en el mar mediterráneo y Ashklelon, el corredor «Netzarim» que Israel estableció en Gaza para dividirla en dos y asentamientos colonos en Cisjordania. También se reportaron asesinatos individuales en Tel Aviv.

Todo no acabo ahí, el 2 octubre, hubo explosiones en la proximidad de la Embajada de Israel en Copenhague, Dinamarca y disparos a la Embajada de Israel en Estocolmo, Suecia. En la misma fecha también se interceptaron drones hutíes en Tel Aviv y un par de navíos de occidente (Gran Bretaña y Malta) sufrieron ataques en el mar rojo.

Peligros. Se esperaba que los ataques despertaran algún tipo de preocupación en Estados Unidos e Israel de continuar la escalada de tensiones. Tristemente, siguiendo al retirado coronel estadounidense Douglas McGregor, tal cometido no se logró. A pesar de constatar, por segunda vez, de que Irán tiene la capacidad de infligir críticos e irreparables daños a Israel, Estados Unidos y su aliado más cercano no retrocederán.

“Irán debe prepararse para un ataque total que está viniendo, lo mismo es cierto para Hezbolá. Creo que tiempo para la moderación ha terminado en cuanto a lo que a ellos respecta, pero tendrán que averiguarlo por sí mismos”, sostiene McGregor.

En la misma intervención de Jake Sullivan mencionada anteriormente, se puede entender un tipo de declaración de guerra: “hemos hecho claro que habrá consecuencias severas por este ataque y trabajaremos con Israel para que ese sea el caso”. A la fecha del escrito se ve como inminente la respuesta de Israel. Recordemos luego de los similares ataques de Irán en abril, misteriosamente su presidente de ese entonces, Ibrahim Raisi, junto con su ministro de relaciones exteriores, murieron en un accedente de helicóptero.

¿Ahora cuál sería la represalia? En una entrevista con NewsNation, el anteriormente consejero de Seguridad Nacional de Trump, John Bolton, aseveró que las bases de la Guardia Revolucionaria, así como el programa nuclear o la infraestructura de petróleo de Irán son “objetivos perfectamente legítimos para Israel”.

Mucho más peligroso aún, sería que Israel intentara hacer algo más grande: acabar de una vez por todas con la República Islámica que nació en 1979. En un discurso de Netanyahu en inglés, dirigido a la población iraní el día de ataque sostuvo: “cuando Irán este finalmente libre, y ese momento vendrá mucho más antes de lo que piensa la gente, habrá paz cooperación y prosperidad entre judíos y persas». En la misma línea, el hijo del último Sha de Iran, Moahmmed Reza Pahlevi, twitteaba desde Estados Unidos: “Esta es la guerra de la República Islámica, no del pueblo de Irán (…) Mis compatriotas quieren libertad y democracia para sí mismos (…) Este es un momento de oportunidad. Este régimen nunca ha estado más débil ni más dividido”.

El intento, trazado desde los 2000, de forzar -incluso militarmente- un cambio de régimen en Irán puede inaugurar oficialmente la Tercera Guerra Mundial. El día del ataque, la Misión Permanente de la República Islámica de Irán ante las Naciones Unidas en Nueva York emitió un comunicado muy fuerte: “Si el régimen sionista se atreve a responder o a cometer más actos de malevolencia, se producirá una respuesta aplastante. Se recomienda a los estados regionales y a los partidarios de los sionistas que se alejen del régimen”.

De haber una de Estados Unidos en Medio Oriente pueden verse atacadas lo que a su vez podría dar la excusa a Washington para involucrarse oficialmente en la guerra. Por otra parte, recordemos que Irán siempre tiene la posibilidad de afectar el funcionamiento normal del Estrecho de Hormuz, lugar por donde circula cerca del 25% del petróleo mundial y 1/3 de gas natural. Esto afectaría gravemente a los precios de energía y mercados financieros en el mundo. Incluida, claro está, Bolivia.

MSc Álvaro Montenegro Pinto. Analista Internacional especializado en Medio Oriente. Es autor de los libros “A Role Theory Analysis of Turkey – Bolivia Relations” (2021) y “Escritos Sobre Política Internacional, Nacional y otros 2015-2023” (2023).

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