Reprochando que nunca se haya transparentado la veracidad de la inversión extranjera y del Estado boliviano en el proyecto siderúrgico del Mutún, el jefe de bancada por la agrupación Creemos en la Cámara de Senadores, Henry Montero, aseguro que la administración del Movimiento al Socialismo (MAS), gobernado por Evo Morales y Luis Arce, respectivamente, postergaron y estafaron la esperanza de progreso para el país, por la desidia, la envidia, los celos y el cálculo político de perpetuación en el poder.
“El gobierno del MAS, el 25 de septiembre de 2006, entre bombos y platillos, presidido entonces por Evo Morales, y teniendo de ministro de Economía, a Luis Arce, anunció la adjudicación del contrato de construcción de la planta de explotación e industrialización del yacimiento de hierro del Mutún. El gobierno firmó el contrato con la india Jindal Steel Power por una supuesta inversión ‘histórica’ de 2.100 millones de dólares, en ocho años, debían concluirse hasta el 2015, para producir 40 millones de toneladas de hierro, la creación de 4.000 empleos directos, 12.000 empleos indirectos; seguida de otra inversión de 25.000 millones de dólares para una flota de 16 barcazas y dos remolcadores chinos para exportar el hierro, cuyos recursos públicos desfalcados por masistas”, recordó Montero.
El legislador explicó que el mayor logro del gobierno del MAS desde el 2006 hasta 2016, fue perder una demanda con la Jindal Steel, perdiendo 22,5 millones de dólares, por la negligencia y la incapacidad en la dirección y ejecución del proyecto.
“Posteriormente, el gobierno del MAS eligió y contrató a la empresa china Sinoesteel, alegando una inversión de 422 millones de dólares para la construcción de la planta siderúrgica, sin embargo, continúan las promesas con el actual gobierno”, expresó
Para Montero, desde el anuncio en 2006, hasta la fecha, 2024, pasaron 18 años y un mes y medio de engaño, estafa y sabotaje al desarrollo del país, evidenciando que, tanto Evo Morales como Luis Arce, nunca transparentaron y menos explicaron de la veracidad de la inversión extranjera y del Estado boliviano, utilizando el proyecto del Mutún solo para apetitos personales y políticos.