“Se hizo latente la presencia de intereses diversos. El resultado es que la elección se realiza con un año de retraso y de manera incompleta”, aseguró el presidente del TSE.
Lamentando que una determinación del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) haya resuelto realizar las elecciones judiciales en dos momentos, durante la inauguración de la jornada de votación de estos comicios, el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Óscar Hassenteufel, señaló que el ente electoral no tuvo otro camino que llevar adelante una forma de votación que no está contemplada en la Constitución ni en las leyes vigentes.
Durante su intervención en el acto inaugural de la votación en la sede de Gobierno, Hassenteufel sostuvo que las elecciones judiciales 2024 se presentaron en un panorama político, social y económico más complejo que el de otros procesos.
“Se hizo latente la presencia de intereses diversos que atentaron contra el normal desarrollo del proceso electoral. El resultado es que la elección se realiza con un año de retraso y de manera incompleta”, indicó la autoridad electoral.
En ese sentido, reiterando que proceso de los comicios judiciales 2024 tuvo que recorrer “un camino lleno de obstáculos”, Hassenteufel recordó que las fuerzas políticas que componen la Asamblea Legislativa no tuvieron la capacidad para concertar y emitir una convocatoria a preselección de candidatos en los tiempos establecidos por la normativa, dando paso a una ilegal “autoprórroga”.
Asimismo, remarcó que determinaciones judiciales provocaron que los comicios judiciales 2024, en varias oportunidades, hayan corrido riesgo de no realizarse y finalmente se lleven a cabo de forma parcial, sin ningún sustento constitucional que respalde esa disposición.
“Llegamos al día de la elección, pero lo hacemos con ánimo contradictorio. Por una parte, con la satisfacción del deber cumplido, pero, por otro lado, con una pena porque se trata de una elección que debió ser oportuna, completa y no parcial como la que nos tocó administrar”, afirmó.
Lamentando que las determinaciones del Tribunal Constitucional Plurinacional hayan generado la división de un proceso electoral, además de dar paso a la “coexistencia” de dos tipos de magistrados, unos electos democráticamente y otros prorrogados, situación no prevista en la Constitución ni en la Ley del Órgano Electoral, Hassenteufel reconoció que las sentencias del TCP son de cumplimiento obligatorio, por lo que el TSE no tuvo otra opción que cumplir con su deber.
“El Tribunal Supremo electoral no tuvo otro camino que el de llevar adelante el proceso electoral”, dijo.
La semana pasada, tras realizar un análisis de la votación en blanco y nulo que se registró en las elecciones judiciales de 2011 y 2017, Hassenteufel había afirmado que “a los bolivianos no les gusta este sistema de elección de jueces”.
“En la primera elección del año 2011, el voto blanco y nulo llegó en cifras redondas a un 57% y en la segunda oportunidad del año 2017 este porcentaje se incrementó, los votos blancos y nulos llegaron al 65%”, expresó.
Según la autoridad electoral, este voto blanco y nulo no fue producto de la casualidad, sino una decisión voluntaria de la ciudadanía “como muestra de protesta y de descontento por el sistema de designación”.
“En general parece que la población no está de acuerdo con esta forma de elección designación de altos magistrados de los órganos judiciales y del Tribunal Constitucional”, acotó.