脕lvaro Riveros Tejada
Es gradual, como sistem谩tica la desaparici贸n de la mal llamada Renta Dignidad, un beneficio plagiado por el gobierno del socialismo, del original creado en el a帽o 1997, en el gobierno neoliberal de Gonzalo S谩nchez de Lozada, con el nombre de Bono Solidario (Bono Sol), destinado a brindar un apoyo econ贸mico a las personas de la tercera edad, que no ten铆an acceso a una jubilaci贸n o pensi贸n y que, adem谩s, les elev贸 la autoestima, permiti茅ndoles contribuir econ贸micamente a sus familias y, en muchos caos, convertirse en el sost茅n principal de 茅stas.
Para la efectivizaci贸n de este beneficio, se ech贸 mano a los recursos provenientes de la capitalizaci贸n de empresas estatales, como: Entel, Corani, Guaracachi, Valle Hermoso, Transredes, Petrolera Andina y Chaco, Ferroviarias: Oriental y Andina y otras, cuyo pago estaba a cargo de las AFPs, entidades financieras debidamente supervisadas en ese entonces, por la Superintendencia de Pensiones, Valores y Seguros, hoy ASFI, ente creado para ese efecto, un a帽o despu茅s de la creaci贸n del Bono Sol.
Es bueno remarcar que, de las empresas citadas, m谩s del 70% desaparecieron o simplemente se declararon en quiebra.聽 Considerando, adem谩s, que en ese 2006, a帽o de bonanza capitalista heredada, no s贸lo le cambiaron el nombre al beneficio por el de 鈥淩enta Dignidad鈥, sino que se dieron el lujo de ampliar su cobertura y el monto otorgado a los beneficiarios. Entonces, nos preguntamos, 驴De d贸nde, hoy, el r茅gimen socialista que nos gobierna desde hace 19 a帽os podr铆a subvenir dichas prestaciones?
Hoy para los bolivianos, sin las reservas monetarias que para los a帽os del capitalismo fluctuaban en 15.000 millones de d贸lares; sin las reservas de oro, pignoradas y vendidas vilmente, casi en su totalidad; con empresas estatales fantasmas, que piden m谩s de lo que dan y con un ej茅rcito de empleados p煤blicos, cuyo n煤mero ronda el medio mill贸n, el futuro se torna sombr铆o y mucho m谩s, para ese millar de jubilados y compatriotas de la tercera edad, cuyo futuro no est谩 ni en un asilo.
A la luz de lo expuesto, no debemos olvidar que la Renta Dignidad, m谩s que una simple transferencia de dinero se constituye en un pilar fundamental para los ciudadanos de la tercera edad. Su modificaci贸n, como el gobierno propone en el Proyecto de Ley del Presupuesto General del Estado para esta gesti贸n 2025, se constituir铆a en el acabose definitivo de ese beneficio, a no ser que se est茅 pensando en una medida a煤n m谩s criminal, como la de saquear la caja de jubilaciones, un ahorro que cuenta todav铆a con alg煤n respaldo, pero su despojo anular铆a el pago a muchos pensionistas y, lo peor, su reposici贸n ameritar铆a modificar la edad de jubilaci贸n hasta los 75 a帽os.
Finalmente, es el recorte de la Renta Dignidad por parte del gobierno, observando 煤nicamente su precaria estabilidad econ贸mica, sin explorar otras opciones que garanticen su sostenibilidad pol铆tica: como una reforma administrativa que racionalice los enormes y superfluos gastos del Estado, fortaleciendo la inversi贸n en hidrocarburos para aumentar los ingresos del IDH y la creaci贸n de un fondo complementario con aportes privados e internacionales. Simples y r谩pidas medidas que permitan volver al sistema que dio paso a la creaci贸n de las rentas que tanto favorecieron a los ancianos, sin la necesidad de llegar a una Renta Indigna.