La cruzada internacional que comenzó un grupo de parlamentarios opositores que envió cartas a varios presidentes de países vecinos para que estos se pronuncien ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en rechazo a la intención del presidente Evo Morales que busca una reelección indefinida como un “derecho humano”, dio sus primeros frutos. Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, aceptó ser un “tercer agente” por Bolivia, según la diputada Norma Piérola, una de las solicitantes.
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