La organización de la “Primera Escuela de Verano en Bolivia” que tuvo la participación de estudiantes de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), promovida por la Academia Mundial de Ciencias de la Unesco, posibilitó que científicos de Argentina, Brasil, Costa Rica y Bolivia impartan cursos especializados, y coincidan en el respaldo por “mejorar el conocimiento científico y el intercambio de experiencias para resolver los principales desafíos de los países en desarrollo y para la adaptación al cambio climático en Latinoamérica”.
El coordinador de la Academia Mundial de Ciencias (TWAS por sus siglas en inglés), Max Pauli que acompañó a los expertos en el evento que se realizó del seis al 10 de marzo, enfatizó de forma coincidente que, “el modelo educativo actual prioriza solo la formación en oficios, por lo que se necesita una formación más científica que permita que la población tenga un mejor conocimiento de lo que está sucediendo a su alrededor. Eso es lo que hace la ciencia: despierta la mente”.
Dijo que el modelo actual de desarrollo (en el planeta) está causando el cambio climático, lo que ocasiona el sufrimiento de toda la humanidad, por lo que “tenemos que cambiar la forma de pensar el desarrollo y repensarlo, para que mejore nuestra relación con la naturaleza”.
El Coordinador de la Academia Mundial de Ciencias con un Doctorado en química centrado en la Estructura de las Proteínas, nacido en Trieste, Italia donde se encuentra la sede de la instancia internacional, expresó a EL DIARIO que hay que repensar el desarrollo económico que involucre energías renovables y que involucre menos consumismo, porque el consumismo, esencialmente, conlleva a la generación de basura en demasía.
Según la Unesco el cambio climático es el principal reto de esta época. Más de una treintena de programas relacionados con las ciencias, la educación, la cultura y la comunicación contribuyen a mejorar los conocimientos, educar y comunicar sobre el cambio climático así como a comprender sus implicancias éticas para las generaciones actuales y futuras.
La instancia mundial asume que cada vez con más frecuencia se considera que el cambio climático es el factor que más impacto tiene sobre la biodiversidad a causa de sus efectos en el ser humano y sus medios de subsistencia. La pérdida y degradación de la biodiversidad, por ejemplo, los bosques son un factor igualmente importante para el cambio climático.
Sin embargo, los servicios del ecosistema que proporciona la biodiversidad facilitan la adaptación de las poblaciones al calentamiento global y la atenuación de sus consecuencias, y sirven de base para los esfuerzos destinados a reducir sus efectos negativos.
PROGRAMA DE APOYO
Por primera vez en Bolivia, se desarrolló un programa científico internacional que pretendió apoyar a jóvenes investigadores locales con la colaboración de investigadores latinoamericanos con el fin de construir un Programa de Investigación y Educación que coadyuve al desarrollo sostenible en los países del Sur global (países en desarrollo).
El programa fue facilitado por la alianza entre la UMSA, la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia, el Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB), la Academia Mundial de Ciencias y su Red de Afiliados Jóvenes (TYAN por sus siglas en inglés) con el apoyo de la Unesco.
Tuvo como objetivo promover la investigación científica y la educación en Bolivia, desarrollando y estableciendo un programa científico internacional alineado con la promoción de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de las Naciones Unidas. Además de conectar y catalizar la cooperación científica entre investigadores de diferentes países en desarrollo, haciendo especial hincapié en los países vecinos
Los cursos cortos que impartieron los investigadores fueron “Mejoramiento de reproducción de plantas” de Pablo Bolaños de la Universidad de Costa Rica (UCR), “Modelos animales para la investigación experimental en el desarrollo de la biología” de Federico Brown de la Universidad de Sao Paulo (USP), “Bioespectroscopia” de Yraima Cordeiro de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), “Química de los Alimentos” de Leslie Tejeda de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y “Principios de la fotoquímica” de Franco Cabrerizo de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam).
El presidente de la Red Afiliada de Jóvenes (TYAN por sus siglas en inglés) de la Academia Mundial de Ciencias (TWAS), Franco Cabrerizo científico del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y docente investigador de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) de Argentina, explicó que “como parte de los programas de fomento de esta red, está la realización de actividades relacionadas con la educación de la ciencia y la transmisión de conocimientos en los países en desarrollo”.
“Principios de la fotoquímica” fue denominado el curso que impartió Cabrerizo y en el que se abordaron distintas temáticas relacionadas con el área de la fotoquímica, los aspectos principales y las consecuencias relacionadas con la radiación electromagnética. La radiación solar y las distintas energías que llegan a la Tierra.
“Hay distintas formas de estudiarlos porque hay modelos de laboratorio con sistemas de radiación controlados con lámparas y con sistemas que simulan la radiación solar o la radiación solar propiamente dicha”, aseveró.
Cabrerizo asume que una de las tantas ramas dentro de la fotoquímica está relacionada con la fotoelectroquímica y a partir de ahí salen las celdas solares fotovoltaicas, una energía renovable muy necesaria.
En relación al desarrollo de la ciencia en la región, el experto enfatizó que es una problemática general de toda Sudamérica, aunque pueden haber pequeñas variaciones o pequeñas diferencias entre países, en general la inversión es baja, porque a la ciencia no se la ve como una inversión a mediano o largo plazo, sino en muchos casos se la ve como un gasto, al igual como se la ve a la educación.
“Se la mira (a la ciencia) en términos de números económicos, y no es un gasto es una inversión y los resultados que son algunos de corto plazo o visibles, siempre fueron para innovar para mejorar la realidad. Hay que exigir a los gobiernos que inviertan”, añadió.
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CALUROSOS
Para la científica brasileña Yraima Cordeiro de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ) con un Doctorado en Química Biológica y que impartió el curso “Bioespectroscopía”, el cambio climático es preocupante, porque vemos que cada verano es más caliente. “Creo que también es una acción individual, tener conciencia todos nosotros hay que tener ayuda y orden, la organización de los gobiernos para bloquear ese desarrollo negativo del calentamiento global”.
Cordeiro utiliza la luz para estudiar las estructuras de las proteínas involucradas en las enfermedades del cerebro humano como el alzhaimer, parkinson y los priones del cerebro para conocer más en detalle el cambio de sus estructuras.
“Todos los mamíferos tienen estas proteínas pero por razones que no comprendemos todavía muy bien, éstas cambian de forma y son infecciosas para nosotros, porque se pegan unas a otras en el cerebro”, argumentó.
Mi abordaje es muy molecular al tratar de comprender qué cambio y qué tipo de interacción tienen estas proteínas para que causen enfermedades que son tristes, “porque no hay cura ni tratamiento de enfermedades biodegenerativas y con el envejecimiento de la población mundial, por ahora pareciera qué bien que vivimos más, pero tenemos estás afecciones en el cerebro, además del cáncer, añadió.
Los organizadores no descartaron la realización de la Segunda Escuela de Verano TWAS-TYAN para el próximo 2024 con una mayor participación estudiantil para fomentar la investigación científica y el intercambio de experiencias para resolver los principales desafíos que enfrentan los países en desarrollo. (Ciencia Bolivia).