A poco más de las 16:00; Wilfredo Ajllahuanca, Ludbin Salazar y Patricio Molina, los tres máximos ejecutivos nacionales de la Confederación de Trabajadores de Educación Urbana en Bolivia (Cteub) asumieron la determinación de ser tapiados y cumplir una huelga de hambre seca hasta que sean escuchados.
“No nos queda otro camino, creo que como trabajadores tenemos la responsabilidad inherente de ponerle el pecho a todo. Esperemos que con estas medidas el Gobierno quiera resolver este conflicto, nosotros no nos vamos a cansar, es lo que nos toca hacer, a pesar que hemos estado al frente de las movilizaciones”, señaló Molina al ingresar al pequeño espacio que fue construido para su permanencia.
Su colega, Salazar apeló a la sensibilidad de las autoridades a quienes reitero que los escuchen, de manera especial, al presidente del Estado, Luis Arce Catacora.
“Es una medida demasiado extrema, porque una huelga de hambre no ha logrado sensibilizar al Gobierno, hoy día (por ayer) hay maestros crucificados y tampoco ha logrado sensibilizarlo, y creemos que nosotros tapiándonos de verdad logre sensibilizar al presidente y autoridades”, indicó el ejecutivo.
Ajllahuanca, por su parte, aseguró que los maestros no se venderán y que se vieron forzados a llegar a esas medidas porque no recibieron atención de las autoridades. Además, responsabilizó al Gobierno por las consecuencias que se registren.
A la postre, una vez dentro de cada espacio preparado para los representantes, el ingreso a esos lugares fue cerrado con ladrillos y cemento, solo se dejó un pequeño orificio para la comunicación y el paso de aire.
“Es uno de los principios que tenemos, a veces, como revolucionarios que cuando abrazamos las causas que son justas para luchar por la población boliviana, por la educación, las abrazamos por convicción y por principio, es por eso que hemos decidido asumir esta medida extrema que es tapiarnos”, indicó Salazar.
Poco antes de iniciar una marcha, 10 maestros procedieron a crucificarse en demanda de que el Gobierno escuche sus demandas. Algunos, lo hicieron en puertas de la Casona del Magisterio y otra cantidad, al interior.
Posteriormente, los demás colegas, a excepción de los que mantienen el piquete de huelga de hambre que hasta ayer estaba en su séptimo día, salieron en marcha rumbo al centro paceño y llegaron a la plaza Tejada Sorzano, donde realizaron un mitin.
El recorrido lo realizaron con un ataúd que representaba al Ministerio de Educación y con el objeto llevado en hombros y varios de los educadores vestidos de negro marchan por las calles de La Paz. Al llegar a su destino, quemaron el ataúd y se escucharon discursos.
Por su parte, el ministro de Educación, Édgar Pary, rechazó la radicalidad del magisterio urbano y reiteró que se atienden sus demandas.
“Hemos ofertado, pero la radicalidad lamentablemente no garantiza los acuerdos”, sostuvo a tiempo de recordar que se ofreció ocho mil horas para cubrir el déficit histórico y que se llegó al 100%, en las materias Física y Química.
Los maestros urbanos, explicaron que esa cantidad es insuficiente ya que el déficit es de unas 700 mil horas. También ratificaron el rechazo a la nueva malla curricular para este 2023 y acusaron al Ministerio de Educación de improvisar.
Ante este panorama, el vocero del magisterio Rolando Alejo apuntó que si las autoridades gubernamentales tienen la voluntad y sensibilidad para retomar el diálogo, el sector espera en la sede de los educadores.