Los dirigentes de la Confederación de Trabajadores de Educación Urbana de Bolivia (Cteub); Patricio Molina, Ludbin Salazar y Wilfredo Ajllahuanca, tuvieron que levantar la medida de presión extrema que venían sosteniendo y fueron sacados del lugar donde se tapiaron, debido al riesgo para su salud.
La decisión fue asumida en una asamblea nacional realizada la pasada jornada en la Casona del magisterio urbano. En esa reunión, también se decidió rechazar la nueva propuesta del Gobierno por lo que dieron un cuarto intermedio hasta que sus dirigentes se recuperen y luego convocar a una Conferencia Nacional de Maestros para definir nuevas acciones con las bases del sector.
“Un agradecimiento especial a nuestros huelguistas por hacerles fuerza a nuestros compañeros que están ofrendando su vida en este momento, no sabemos cómo los vamos a sacar pero el magisterio urbano no se rinde va seguir firme en esta lucha, porque no vamos a recibir sus dádivas de este ministro de Educación”, señaló la dirigente del magisterio urbano, Teresa López, poco antes de que sus colegas sean sacados de los lugares donde llevaban cinco días tapiados.
“Ya no queremos más seguir con esto, porque la salud de nuestros compañeros es lo más importante”, acotó con la voz entrecortada y visiblemente afectada.
Asimismo, la portavoz del sector indicó que los dirigentes de las 31 federaciones y regionales del país retornarán a sus lugares de procedencia a socializar con las bases y retornar con propuestas para las nuevas acciones que realizarán con el fin de que se atiendan sus demandas.
“Como mandato del ampliado nuestros ejecutivos van a bajar a sus instancias orgánicas tanto departamentales como regionales y de ahí traerán las propuestas a la conferencia, este conflicto, queremos decir, que no ha acabado, que sigue en pie de lucha y solamente estamos suspendiendo”, aseguró.
Poco después, se procedió a sacar a los dirigentes que asumieron la extrema medida de la huelga seca y tapiado; el primero en ser evacuado fue el representante del occidente, Wilfredo Ajllahuanca, posteriormente el dirigente de los valles, Patricio Molina y luego, el del oriente; Ludbin Salazar.
Luego fueron trasladados por el personal médico de emergencia pues se evidenció que su estado de salud estaba delicado. Muy preocupados, sus colegas maestros tuvieron que romper el tapiado como pudieron para poder sacarlos del lugar.
Los profesores urbanos del país están en la novena semana de protesta ante el pedido de más ítems, presupuesto, déficit histórico, la no aplicación de la malla curricular, entre otras demandas que están en su pliego petitorio.
Antes de sacar a los docentes, el profesor Esteban Bejarano indicó que en caso de que los dirigentes no quisieran dejar la medida, de igual manera los sacarían pues sus vidas estaban comprometidas.
“Ya están deteriorados incluso ya no pueden ni hablar y nosotros tampoco vamos a permitir, si no es, vamos a tener que aplicar nomás la fuerza, sacarlos a la fuerza porque si vamos a decir que se respete no queremos que nuestros compañeros lleguen a perder la vida porque tienen sus hijos, tienen su esposa”, sostuvo.
En horas pasadas, la médico que logró atenderlos advirtió que los maestros tapiados presentaban problemas de salud sobre todo renales, pues los habitáculos en los que estaban les provocaron dolores articulares, mialgias, entre otras molestias.
“Han sido horas decisivas para poder evacuarlos, el momento fue a tiempo”, alcanzó a mencionar la galena Paola López, quien detalló que “el profesor Wilfredo (Ajllahuanca) ha salido bastante deshidratado, tanto que no se le puede encontrar las venas; el profesor Ludbin (Salazar) se encuentra con una taquicardia arrítmica (pero) está consciente; el profesor Patricio Molina Polanco es hipertenso, ha salido con una presión arterial de 140 a 100, deshidratado, es al único que pudimos canalizar inmediatamente, hay que ver la función renal hepática de los tres, estoy casi segura que uno de los tres está con algún daño”, señaló a los medios.