Los especialistas intensivistas nacionales, reunidos en Sucre, se declararon en emergencia por la situación de las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) en el país en medio de la tercera ola de la pandemia del covid-19.
El presidente de la Sociedad Boliviana de Intensivistas, Joel Gutiérrez, afirmó que la situación es “dramática” y “catastrófica”, por hechos como los registrados en el Hospital Viedma de Cochabamba, donde no se tiene un generador de oxígeno, según reporte del periodista Iván Ramos de la red Erbol.
Indicó que los problemas que atraviesan las terapias intensivas se enmarcan en tres pilares: el primero es el equipamiento, puesto que en todo el país no se ha incrementado el mismo en las UTI.
Afirmó que los ventiladores chinos que llegaron el año pasado no beneficiaron en el tratamiento. Indicó que los ventiladores donados por el Gobierno de Estados Unidos sirvieron de alguna manera solo para el transporte los pacientes críticos.
Manifestó que, además, un 20 a 30 % del total de equipos en el país ha ido deteriorándose por la falta de mantenimiento preventivo.
El intensivista Alfredo Condori ratificó que los ventiladores chinos no son los adecuados para manejar este tipo de pacientes covid. “No me canso de pedir a las autoridades nacionales, por favor, mi gente que entra a terapia intensiva se está muriendo, porque no tenemos las condiciones. Tenemos toda la voluntad para atender, pero con este apoyo tecnológico no se puede hacer”, agregó.
Gutiérrez explicó que el segundo pilar de problemas es la falta de medicación esencial para terapia intensiva. Lamentó que las familias tienen que peregrinar para conseguir estos insumos.
El tercer pilar de problemas tiene que ver con la situación laboral. El presidente de la Sociedad de Intensivistas dijo que el 40 % de los especialistas solo tienen contratos “indignantes, miserables”. Acotó que el personal de apoyo está trabajando sin contrato este mayo, a pesar de que hubo el compromiso de una Viceministra de extender la contratación que terminaba en abril, reflejó Erbol.
Estimó que la mortalidad en las UTI es de alrededor de 85 %, tomando en cuenta en esta tercera ola la cepa P.1. está generado mayor letalidad.
Indicó que contando con un mejor equipamiento los índices de mortalidad se podrían bajar dramáticamente en todo el país.