A su vez el Área de Evangelización de la CEB recuerda que la imposición de la ceniza en tiempos de pandemia del corvid-19, difundida el año pasado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos (12-01-21). La instrucción dice a la letra:
“Pronunciada la oración de bendición de las cenizas y después de asperjarlas, sin decir nada, con el agua bendita, el Sacerdote se dirige a los presentes, diciendo una sola vez para todos la fórmula del Misal romano: ‘Conviértanse y crean en el Evangelio’ o bien: ‘Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás.
Después, el Sacerdote se asea las manos y se pone la mascarilla para proteger la nariz y la boca, después impone la ceniza a cuantos se acercan a él o, si es oportuno, se acerca a cuantos están de pie en su lugar. El Sacerdote toma la ceniza y la deja caer sobre la cabeza de cada uno, sin decir nada”, informó iglesiaviva.net.
El Miércoles de Ceniza marca el primer día de la Cuaresma en el calendario litúrgico católico.
La imposición de la ceniza es el rito característico de esta celebración litúrgica que se obtiene de la incineración de los ramos bendecidos el Domingo de Ramos del año anterior.
Según explica la Universidad Católica de la Plata, la Cuaresma, del latín quadragésima, significa “cuarenta días”.
El número 40 es un número que se repite en toda la tradición bíblica. Cuando Dios envió el diluvio, “cuarenta días y cuarenta noches estuvo lloviendo sobre la tierra” (Génesis 7,12); 40 años estuvo el pueblo de Israel en el desierto; 40 días de Jesús en el desierto.
Todo indica que el número 40 (cuaresma) simboliza la prueba, pero no como un castigo o algo dramático, sino como una renovación interior, espiritual: se trata de 40 días para examinar, para preparar el camino, para no dejar aquello que no debe convivir en nosotros. “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?” (Lucas 24,5). Hay que renovarse para cambiar y resucitar junto a Jesús en Pascua. Son 40 días para volver a vivir. (Agencias)