La pandemia del covid-19 deja a su paso no solo muertes, sino también huérfanos, ya que cada 12 segundo un padre o madre muere en el mundo, y la cifra va en aumento, según un análisis de Laura Rawlings y Susan Hillis, en el artículo titulado: Por cada dos muertes a causa de la covid-19, un niño pierde a alguien que lo cuide. Debemos hacer más para abordar la crisis de los huérfanos.
Laura B. Rawlings, economista principal del Banco Mundial, y Susan Hillis, asesor técnico sénior, Grupo de trabajo internacional CDC covid-19, escribieron el artículo, que fue publicado en su blog del organismo internacional.
La crisis provocada por la covid-19 dejará muchos legados no deseados. El mundo ha estado siguiendo de cerca el número de muertes por la pandemia, y los recuentos oficiales ahora se elevan a más de 4 millones de personas fallecidas, concentrándose en gran medida en los adultos. Los niños que han quedado atrás son prácticamente invisibles.
La cifra es
impresionante
“Nuestras estimaciones del número de niños afectados, que se acaban de publicar en The Lancet, indican que por cada dos personas que mueren debido a la covid-19, un niño queda huérfano tras enfrentar la muerte del padre o la madre, o del abuelo o la abuela que lo cuidaba y que vivía en su casa”, señalan las autoras.
Los cálculos que realizan señalan que, a fines de junio de 2021, casi 2 millones de niños menores de 18 años habían perdido a su madre, su padre, o su abuelo o abuela que estaban a cargo de cuidarlos y que vivían con la familia. Los impactos económicos, de desarrollo y psicológicos en estos niños tendrán repercusiones en distintas generaciones, un trágico legado de la mortalidad relacionada con la covid-19, reflexionan.
Para examinar el problema acuciante, formaron un Grupo de Referencia Mundial sobre los Niños Afectados por la Covid-19: Estimaciones y medidas conjuntas, y que lo integran académicos, profesionales de organizaciones mundiales y representantes de la sociedad civil.
Utilizaron datos sobre mortalidad y fecundidad para modelar estimaciones mínimas y tasas de muertes relacionadas con la covid-19 de cuidadores primarios o secundarios de niños menores de 18 años en 21 países.
Luego extrapolaron esos cálculos para obtener proyecciones mundiales. Durante los primeros 14 meses de la pandemia, sus estimaciones mínimas indican que más de 1 millón de niños sufrieron la muerte de un cuidador primario, incluidos padres o abuelos encargados de la custodia.
Los países con tasas de mortalidad de cuidadores primarios de al menos 1 por cada 1000 niños son Perú (10,2 por cada 1000 niños), Sudáfrica (5,1), México (3,5), Brasil (2,4), Colombia (2,3), Irán (1,7), Estados Unidos (1,5), Argentina (1,1) y Rusia (1,0). Además, durante este mismo período, otro medio millón de niños perdieron a un abuelo o una abuela que los cuidaba y que vivía en su propio hogar.
A este ritmo, un niño queda huérfano cada 12 segundos debido a una muerte relacionada con la covid-19, y la cifra va en aumento. “Nuestras estimaciones más recientes revelan que, por cada 2 adultos que mueren a causa de la covid-19, un niño se queda sin un familiar que los cuide”, señalan las autoras.
Además, para quienes estén interesados en hacer el seguimiento de las estimaciones específicas de los países, los miembros del equipo del Imperial College del Reino Unido han desarrollado una herramienta que proporciona estimaciones de la orfandad en cada país (i), así como visualizaciones interactivas (i) acerca de los niños afectados, que se actualizan a partir de los datos sobre la covid-19 proporcionados por la Universidad Johns Hopkins, informan.
Riesgo de impactos
permanentes
Los niños que quedan huérfanos debido a la covid-19 enfrentan diversos riesgos que a menudo conllevan consecuencias rápidas y amplias. Las amenazas de la pobreza, la malnutrición, el desplazamiento y la separación de los hermanos u otros miembros de la familia, la deserción escolar, la depresión, la violencia y el matrimonio infantil pueden surgir repentinamente de la caja de Pandora de la covid-19.
¿Qué se puede hacer para frenar esta ola de orfandad y apoyar a los niños y sus familias que se ven afectados por la muerte de las personas que los cuidan? Los autores del artículo de The Lancet han redactado una nota sobre políticas para orientar la respuesta. Este documento se basa en las enseñanzas extraídas de la crisis del VIH/sida —que también dejó a una generación de huérfanos— y pruebas de intervenciones de política exitosas.
Prevenir, preparar
y proteger
La estrategia propuesta por nuestro equipo es prevenir la muerte de los cuidadores mediante la administración de vacunas y la atención continua a las medidas de mitigación, las pruebas, el rastreo de contactos y el aislamiento.
Preparar a las familias extendidas o de acogida para atender a los niños que se quedan sin cuidado parental a fin de evitar la institucionalización de ellos, y proteger a estos niños de un mayor riesgo de pobreza, vulnerabilidad y violencia, por ejemplo, apoyando a los padres y cuidadores restantes con programas de protección social que tengan en cuenta a los niños y que combinen las transferencias de efectivo con el apoyo a los cuidadores.