Al conmemorarse 143 años del enclaustramiento marítimo boliviano y ante anuncios gubernamentales sobre un nuevo tiempo en las relaciones bilaterales entre Bolivia y Chile, el abogado constitucionalista Víctor Hugo Chávez, recordó que el tratado de 1904 está plenamente vigente y es constantemente incumplido por el vecino país.
En contacto con EL DIARIO, Chávez descartó las versiones que señalan a la reivindicación marítima boliviana como un asunto cerrado tras el fallo de la Corte Internacional de Justicia, por el contrario, manifestó que el tratado suscrito por Chile y Bolivia en 1904 goza de plena vigencia y existen aspectos que deben ser reclamados por el país de forma seria.
“El tratado está plenamente vigente, no fue objeto del juicio internacional, el fallo de 2018 no afecta en absolutamente nada”, indicó.
Sostuvo que a lo largo de los años, los reclamos bolivianos se han centrado solo en observaciones al comercio, el flete de la carga boliviana, la administración del puerto de Arica o por limitaciones en el tránsito de ida y vuelta por este país.
Puntualizó que existen derechos que no se reclaman de forma seria, pese a lo importantes que resultan para los intereses nacionales, como la parte de los territorios que no están comprendidos en este acuerdo, por los que Chile debe dar explicaciones.
“El Tratado de 1904 Bolivia lo ve en lo mínimo, como aspectos únicamente de tránsito. En el análisis profundo de este tratado debe llamarnos la atención los territorios que no están comprendido en este acuerdo”, afirmó el especialista.
Manifestó que los reclamos bolivianos deberían estar dirigidos a exigir que el vecino país explique por qué ocupa territorios que nunca fueron cedidos por Bolivia en 1904, además que este documento también señala el mecanismo para resolver diferencias entre ambos Estados por un incumplimiento. Aspecto que no fue considerado por ningún Gobierno, hasta la fecha.
“Chile le debería decir a Bolivia por qué está ocupando estos territorios que no están mencionados en el Tratado de 1904 en la sesión de territorio, y el mismo tratado señala que se puede acudir ante la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya para resolver todas las controversias”, afirmó.
Chávez lamentó que no exista valor civil por parte de los gobernantes para proceder con un proceso de estas características, acudir al tribunal referido y de esta forma, dar inicio a una verdadera demanda marítima.
“A pesar de todos los abusos que se comete por parte de Chile, Bolivia no tiene el valor civil para establecer una demanda que haga cumplir el Tratado de 1904, ese el motivo por el cual afirmamos que Bolivia cuenta con el mecanismo para acudir a una verdadera demanda por el mar”, sostuvo.
De esta forma el jurista cuestionó el hecho de que constantemente se denuncie un incumplimiento de acuerdos por parte de Chile, sin que se asuman las respectivas acciones para penalizar estas faltas y sancionar a la parte responsable.
Agregó que esta inacción demuestra una falta de seriedad y dejadez por parte de los encargados de llevar adelante la política exterior del país.
“No pueden decir que Chile incumple y sin embargo no asumir ninguna demanda, esto muestra dejadez de parte de la política exterior boliviana respecto a su vinculación con el mar y el incumplimiento del tratado referido”, acotó.
Días atrás, el presidente Luis Arce Catacora asistió al acto de posesión del nuevo mandatario chileno, Gabriel Boric, después del saludo protocolar a la nueva autoridad y tras sostener la primera reunión de carácter bilateral con su homólogo, informó que se planteó una agenda de varios temas, entre los que se encuentran la reivindicación marítima boliviana, la demanda por las aguas del Silala y otros de interés mutuo para ambos Estados.
“Son varios temas que hemos propuesto, entre estos está el tema de visas para funcionarios de alta jerarquía del gobierno nacional, está el tema sobre el uso de las aguas internacionales, está también para nosotros el tema marítimo. Hay varios temas que hemos propuesto y nuestros cancilleres serán los encargados de llevar adelante la ejecución de esta agenda”, manifestó Arce al canal estatal.
De esta forma, advirtió que existe buena predisposición de la nueva administración chilena, aspecto que alienta un nuevo tiempo en las relaciones con este país. “Estamos esperanzados que así se haga, hay voluntad por parte del presidente Boric, hemos manifestado llevar adelante el nuevo reimpulso con Chile. Somos vecinos, nos unen muchas cosas, así que nos unen más cosas que las que nos separan”, sostuvo el presidente boliviano.
De forma posterior a estas declaraciones, Boric salió a aclarar que en las palabras expresadas al mandatario boliviano durante su encuentro, se planteó el mejoramiento de las relaciones diplomáticas entre ambos Estados, sin que esto signifique afectar la soberanía del país trasandino.
“Chile, por supuesto, no negocia su soberanía, como me imagino no hace ningún país. En eso no hay mayor novedad. Yo entiendo que el presidente Arce tenga que decir ciertas cosas, pero lo que yo he invitado al presidente Arce, y yo creo que hay una buena disposición por parte de ambos, es a, como dice el refrán popular, no poner la carreta delante de los bueyes”, manifestó el mandatario chileno en declaraciones a la prensa internacional.
Boric puntualizó que existen “elementos de integración” que pueden abordarse, para beneficio de los pueblos boliviano y chileno, antes de tocar el tema relacionado al mar, por tratarse de una problemática delicada.
“Tenemos muchos elementos de integración, que los podemos trabajar antes de llegar a este punto que nos separa y nos divide. Entonces, yo por lo menos voy a insistir en eso”, indicó.
Desde mayo de 2021, Bolivia y Chile vienen trabajando en la consolidación de una Hoja de Ruta que mejore las relaciones bilaterales.
En esta iniciativa se abordan temas relacionados a la complementación económica, libre tránsito, límites, integración física, culturas, medioambiente, turismo, educación, ciencia, tecnología e innovación, cooperación, temas consulares, cooperación policial, control del comercio ilegal y drogas, además de recursos hídricos transfronterizos. Esto con la finalidad de que mediante un diálogo constructivo se profundice el entendimiento e integración entre ambos Estados.
Todo esto, señalando que la cooperación bilateral ayuda a la convivencia pacífica y contribuye al necesario conocimiento de los pueblos, precisando que el comercio y las inversiones son una herramienta para alcanzar el progreso económico y social.
A principios de este año, autoridades diplomáticas de Bolivia y Chile evaluaron el estado de esta Hoja de Ruta y coincidieron en que se ha tratado de un proceso positivo para avanzar en la reanudación de una Agenda Bilateral, misma que estuvo inactiva por más de diez años.
El próximo episodio en la relación boliviano-chilena tendrá lugar el próximo 1 de abril, cuando inicie la fase de alegatos orales ante la Corte Internacional de Justicia, esto dentro del proceso iniciado por Chile contra Bolivia para definir el estatus y uso de las aguas del Silala, en junio de 2016.
La postura que defiende el país es que este recurso hídrico se origina en territorio nacional y deliberadamente de forma artificial fue canalizado hasta territorio chileno por una empresa privada para uso comercial, mientras que la versión chilena sostiene que se trata de un rio de curso internacional.
Ante este nuevo escenario el canciller del Estado, Rogelio Mayta, manifestó que Bolivia enfrentará este encuentro con prudencia y confiando en el profesionalismo del equipo jurídico que representa al país ante esta instancia internacional.
“Lo que debemos tener es prudencia y mesura porque debemos encarar esta obligación con el mayor profesionalismo, porque en el caso de rol, desde Cancillería, con profesionales, estamos representando los intereses del país, nos impone mucha prudencia y mesura”, afirmó.
La autoridad precisó que esta fase está programada para realizarse entre el 1 y el 14 del mes de abril, pasada esta etapa, el fallo correspondiente podría demorar hasta meses en ser emitido.
“Cabe apuntar que no va a ser ese momento el de la decisión. El tribunal va a conocer las partes, la exposición de la parte científica, se podrá realizar un interrogatorio, pero no va a decidir, después del jueves 14 de abril. El tribunal va a tomar un tiempo para que pueda darse la decisión; eso puede demorar algunas semanas, algunos meses inclusive”, detalló.
Bolivia y Chile no cuentan con relaciones diplomáticas formales desde el año 1978, por lo que el próximo encuentro en La Haya es el segundo entre ambos Estados. El primero fue la demanda interpuesta por el país en 2013 para obligar a los vecinos a negociar “de buena fe” una salida al mar en base a los compromisos asumidos por Chile en ese sentido.
Finalmente en 2018, este tribunal internacional falló señalando que no existe obligación “porque ninguno de los acuerdos o tratados firmados por ambos países a lo largo de los años así lo indica; tampoco lo indican otras resoluciones internacionales”. Sin embargo, ambas partes fueron exhortadas “a continuar dialogando en busca de una solución” para este conflicto.
Bolivia nació a la vida independiente el año 1825, entre su territorio contaba con una costa al Océano Pacífico de 400 kilómetros en el departamento del Litoral. La condición marítima del país fue afectada en 1879 con la invasión chilena, misma que provocó el enclaustramiento marítimo que padece el país desde ese entonces.
DATOS
El Tratado de Paz y Amistad del 20 de octubre de 1904 es un tratado de paz firmado por representantes de la República de Bolivia y la República de Chile con el fin de terminar el estado de guerra existente entre ambos países luego del estallido de la Guerra del Pacífico en 1879.
Tras años de disputa, el 14 de febrero de 1879, tropas chilenas invadieron el puerto boliviano de Antofagasta dando inicio al conflicto que enfrentaría por varios años a ambos países (además del Perú). Recién en 1884, Chile y Bolivia firmaron un pacto de tregua que pondría fin a las acciones armadas, mientras era negociado un tratado de paz definitivo.
El Tratado de Paz y Amistad fue discutido por varios años, especialmente debido a la cesión absoluta y perpetua de los territorios bolivianos ocupados por Chile, correspondientes al antiguo departamento del Litoral (actual Región de Antofagasta), lo que dejaba a la República de Bolivia sin acceso al océano Pacífico. El tratado además incluye una serie de cláusulas con el fin de suplir la carencia de una salida marítima soberana, dentro de las que se destacan la obligación de Chile de construir un ferrocarril entre Arica y La Paz, la concesión de créditos, derechos de libre tránsito hacia puertos en el Pacífico y el pago de 300 mil libras esterlinas como compensación.
Las relaciones entre Bolivia y Chile desde la del tratado hasta la fecha han estado marcadas por las disposiciones de este, originando un continuo reclamo nacionalista en Bolivia en favor de un restablecimiento del acceso soberano al mar territorial. Recién hacia fines del siglo XX las concesiones establecidas fueron aplicadas en su totalidad, y a partir de ello, Bolivia se ha planteado la posibilidad de objetar el tratado.