En horas de la mañana la ciudad capital lucía cubierta de blanco y aguardan que la nevada haya caído también en las lagunas artificiales del Kari Kari, situadas en las faldas de la cordillera del mismo nombre situado a 13 kilómetros de Potosí.
A consecuencia de la nevada, las temperaturas han bajado ostensiblemente, pero las tradiciones indican que, cuando cae una nevada, es señal de buena suerte y no se produzca sequía, reportó el periodista Jorge Vidaurre de radio Líder, Erbol-Potosí
En horas de la mañana, los vehículos circulaban con alguna preocupación debido a que en sus techos tenían bastante nevada que era otro atractivo del momento entre la ciudadanía potosina. (Potosí, Erbol)