“Nos encontramos con problemas renales, tenemos complicación de retención de líquido, estamos con anemia. Tenemos gusanos, boros, que nos faltan sacar, tenemos dos por el momento. Aparte de la anemia, perdí una uña del pie”, detalló Acosta a bajar de la avioneta en la que llegó a la capital cochabambina.
El hombre de 30 años explicó en su pueblo, Baures, la atención médica es limitada y necesita de médicos especialistas que lo atiendan y brinden tratamientos para reponerse.
Indicó que como fue picado por una gran cantidad de insectos, considera que aún tiene toxinas, que aún persisten en su organismo.
“Tengo muchos venenos que no sé cómo tratarlos”, contó.
Acosta viajó acompañado por parte de su familia, que nunca dejaron de buscarlo tras que desapareciera el pasado 25 de enero cuando salió a cazar con un grupo de jóvenes. Acosta fue encontrado el 25 de febrero. Su familia lo halló deshidratado, pues había caminado más de 40 kilómetros en la selva.
Contó que sobrevivió tomando agua de lluvia, su propia orina y comiendo gusanos. Además dijo que vio de cerca un jaguar y fue atacado por puercos de tropa. (Cochabamba, Unitel)