En el Altiplano boliviano existen sensores de infrasonido instalados en cuatro estaciones que contribuyen al Sistema de Vigilancia Internacional (SVI) con el monitoreo de posibles explosiones nucleares subterráneas o en la atmósfera, también pueden detectar erupciones volcánicas, sismos con magnitudes superiores a cinco, meteoritos, aviones, tormentas eléctricas y tornados de categoría dos o superiores.
“Contar con una instalación de sensores dedicados a medir el infrasonido como las cuatro estaciones situadas en la región de Peñas del Departamento de La Paz, y que contribuyan con datos de alta calidad a una red mundial, posiciona al país como una referencia en este campo”, afirmó el director del Observatorio San Calixto (OSC), Gonzalo Fernández.
Los infrasonidos son ondas sonoras cuya frecuencia está por debajo del espectro audible del oído humano, que solo es capaz de percibir ondas acústicas en frecuencias de 20 a 20.000 Hz (hercios o Hertz). Las frecuencias que se encuentran fuera de este intervalo tienen el nombre de ondas ultrasónicas superiores a 20.000 Hz y las ondas infrasónicas son las que se encuentran por debajo de los 20 Hz.
Fernández explicó que el oído humano no es capaz de oírlas (las frecuencias infrasónicas), algunos animales como los elefantes y las ballenas son capaces de generarlas para comunicarse. “Pueden viajar por miles de kilómetros sin atenuarse”, es una de las principales características de las bajas frecuencias.
La Fundación Privada de Fieles Observatorio San Calixto (OSC) opera las cuatro estaciones de infrasonido, los registros que se obtienen contribuyen al Sistema de Vigilancia Internacional que posee un extenso sistema de monitoreo de la atmósfera, océanos y mares, la superficie terrestre y el propio subsuelo, la finalidad de dicho despliegue con diversas estaciones en la Tierra, tiene como finalidad conformar el régimen de verificación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN).
VENTAJAS DEL
ALTIPLANO
La cordillera de los Andes forma un macizo imponente que se levanta junto a la depresión intermedia, en forma de un gran plano inclinado, alcanzando alturas por encima de los 6.000 metros sobre el nivel de mar (msnm) de origen tectónico y volcánico. Los materiales erosionados de estas cordilleras y los expulsados por los volcanes, rellenaron durante milenios, la depresión central, formando planicies que dieron a esos sectores el nombre de Altiplano.
Según el Director del OSC, los infrasonidos registrados en el Altiplano boliviano, tienen un medio de propagación favorable, el ruido de fondo no es elevado como en un bosque o en una isla, esto favorece a la propagación de las señales de frecuencias bajas.
Reiteró que esta propagación (de las ondas infrasónicas) es favorable, porque el “ruido de fondo” (sonido perjudicial en la medición acústica), no es elevado. “La ubicación geográfica de las estaciones es estratégica, esto debido a diversos estudios realizados desde la década de los setenta”, agregó.
Se refirió a la existencia de una tesis que se encuentra en la biblioteca del OSC y que indica las primeras pruebas de medidas en infrasonido de Bolivia. Dijo que el estudio puntualiza que los sitios como el Altiplano son ideales por no tener árboles o vegetación excesiva, además que en las elevaciones mayores a los 3.000 (msnm), “es posible captar la variación de presiones atmosféricas”.
APLICACIONES
CIENTÍFICAS
Para Fernández, dentro del marco de las aplicaciones científicas, se pudo lograr como institución construir un catálogo de sucesos de infrasonido para el territorio nacional, con el objetivo de conocer qué eventos infrasónicos se pueden “escuchar” desde las estaciones. “Este primer análisis sugirió tomar una ventana de tiempo desde el 2014 al 2020, son seis años de datos para comprender como se comportan estas frecuencias”, aseveró.
Los resultados de la investigación realizada por Ruben Tintaya, Bastien Joly y Gonzalo Fernández, fueron expuestos en la conferencia “Ciencia y Tecnología-2021” dirigida por el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (TPCEN).
Los estudios nos permiten comprender mejor cómo se propagan las ondas de infrasonido en nuestras latitudes, y que somos capaces de escuchar los “microbarooms” (voz del mar) del océano Pacifico y del océano Atlántico, y pueden ser más claras, dependiendo de la estación del año, reveló.
Informó que los “microbarooms” son el resultado de las tormentas marinas, debido a una interacción no lineal de las olas de la superficie del océano con la atmósfera. Las tormentas marinas son un fenómeno natural que pasan frecuentemente en los mares, generan ondas de infrasonido (al interactuar los vientos con la superficie del mar) de muy baja frecuencia, por lo que, su longitud de onda es amplia y pueden viajar muchos kilómetros, sin embargo, se debe recordar que el fenómeno es afectado por las estaciones del año.
“Nuestras primeras experiencias en la generación de boletines de infrasonido nos motivan a continuar con la investigación en esta rama, sobre todo, con las posibles erupciones de volcanes que tenemos en el territorio nacional y de países vecinos. Pero además de poder contribuir con el modelamiento y caracterización de las fuentes de infrasonido en el país”, remarcó Fernández. (Edwin Conde Villarreal – CienciaBolivia)