Los hechos delictivos que se han suscitado en los recientes días en diferentes barrios de la urbe alteña, se han convertido en la preocupación de la dirigencia vecinal, cuando se han podido ver el levantamiento de cuerpos sin vida o víctimas de asaltos en las calles y robos en domicilios a plena luz del día, sin que exista presencia policial.
“Hace muchos tiempo atrás hemos acudido ante las autoridades del Comando Regional de la Policía de El Alto, pero lamentablemente hasta el momento no hemos tenido una respuesta positiva, por eso es que también nos hemos visto obligados a recurrir a las autoridades del Ministerio de Gobierno para solicitarle mayor presencia policial en nuestra ciudad, porque la delincuencia se ha adueñado de nuestras calles”, manifestó Rivero.
El dirigente cuestionó la falta de personal policial en El Alto, donde año tras año existen efectivos policiales egresados de la escuela básica de Villa Adela y de la misma Academia Nacional de Policías, en cada egreso cuenta con más de 150 efectivos y no se conoce sus destinos.
Rivero, también recordó a las autoridades nacionales y del propio municipio que en el momento, El Alto se ha constituido en la segunda ciudad del país en población, por lo que merece la atención de acuerdo con estos datos.
“Antes la Policía se preocupaba solamente por las zonas rojas o más peligrosas de nuestra ciudad, pero en la actualidad la mayoría de los 14 distritos municipales se han convertido en verdaderos barrios de peligro constante, porque si no se sufre asaltos en las calles o robos en los domicilios, aparecen personas muertas en vía pública, producto de atracos los asaltos en la misma zona o traídos de otros barrios”, indicó el dirigente de la Fejuve de El Alto.
Para el presidente de la instancia vecinal, esta ciudad se encuentra desprotegida y a merced de los antisociales que en grupos de a 5 a 6 personas caminan en calles y avenidas para atracar a los transeúntes, actitudes delincuenciales que no pueden ser contrarrestadas por los vecinos a pesar de ver lo que sucede, por miedo a las represalias.
Como parte de las previsiones que han tomado vecinos de varias zonas, es la adquisición con recursos propios de alarmas vecinales, silbatos y hasta petardos para prevenir la presencia de algún delincuente y de esta forma lograr ahuyentar y en muchas ocasiones aprehender a dichos antisociales.