En el foro virtual “Perspectivas del Litio desde América Latina”, organizado por Bolivia, la semana pasada, hicieron un llamado para acelerar toda la cadena de valor del litio hasta su industrialización mediante alianzas público-privadas, y aprovechar la década de los precios altos de este recurso, en el mercado internacional.
La región requiere condiciones para impulsar la industrialización del litio, para ser un actor principal en toda la cadena global, como capacidad de producir materiales refinados grado batería, y el Estado deberá promover el transporte público con vehículos eléctricos, así como facilitar asociaciones público-privadas para la creación de capacidades y acceso a tecnologías e infraestructura para carga de batería, según la directora de la División de Recursos Naturales de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), Jannette Sánchez.
También plantea la implementación de incentivos para la inversión en las cadenas y desarrollo de los mercados de baterías de ión-litio y de vehículos eléctricos, y tal vez aprovechar la infraestructura que tienen Brasil, Argentina y México, en materia automotriz, para la producción de autos, y completar la cadena de valor, reflexionó.
En ese contexto, los Estados deberían fomentar la integración regional para crear o fortalecer las cadenas de suministros de la región, así como promover el conocimiento, la capacidad y el uso de la tecnología.
Sánchez señala que la región tiene alta producción mundial de litio, aunque ha disminuido, y con débiles vínculos productivos con las comunidades y pocos encadenamientos. Los principales actores a nivel internacional son Argentina, Brasil, Chile y Australia.
Mientras para el presidente del Centro Argentino de Ingenieros, que participó en el evento virtual sobre la temática realizado recientemente llamado “Oportunidades y desafíos de la industria del litio”, Pablo Bereciartua, tiene que haber una conjunción entre las políticas públicas y las privadas para lograr aprovechar esta oportunidad del litio.
Bereciartua afirma que “no es una condición inexorable que haya que fabricar baterías o fabricar completamente autos eléctricos, lo importante es la creciente participación de estos países en la cadena de valor.
“Esta cadena está compuesta por siete factores: minería, procesamiento, cátodo, fabricación de baterías, vehículos y reciclado”, apunta y sostiene que los únicos países que participan de toda la cadena, actualmente son Estados Unidos y China.
Sánchez señala que los países del triángulo del litio tienen estrategias distintas para el desarrollo de los enlaces productivos. Chile y Bolivia tienen un marco normativo específico para el litio, mientras que el de Argentina es un general de los minerales.
Los países del triángulo del litio (Argentina, Bolivia y Chile) pueden tener una gran influencia global en el mercado de este mineral, pero se requiere de un acuerdo de políticas que además tendría un gran impacto en sus economías, dijo Bereciartua.
En su visión, este acuerdo tendría un alcance significativo en la región, ya que podría dar la posibilidad de llegar a mercados cercanos como Brasil, Colombia, México o Paraguay que disminuyen el costo logístico y podrían volver rentable la agregación de valor de origen del litio.
Además, explicó que el acuerdo debería ser impulsado por estrategias regionales entre los tres países, con políticas públicas y privadas, con todos los niveles y los estándares de control y de cumplimiento que garanticen la sustentabilidad de esta industria.
Los beneficios del acuerdo serían, con políticas públicas apropiadas y con una estrategia regional, un “derrame” en términos de inversión de otras industrias, generación de empleo y la posibilidad de la modernización de la infraestructura de producción de modernidad en la región.
Procesos
Chile y México indicaron que trabajan en la creación de empresas estatales para la explotación del litio, al igual que Argentina, mientras que Bolivia tiene ventaja en esta materia con Yacimientos del Litio Boliviano, que ya empezó a producir baterías, a menor escala, ya que todavía no cuenta con la planta de carbonato de litio.
En América Latina, Chile ha planteado de manera muy directa la utilización y el encadenamiento de esta industria para el desarrollo, y ha promovido la creación de centros de tecnologías limpias donde se ve la inversión y el vínculo con la industrialización, apunta Bereciartua.
En Argentina, recientemente se aprobó la ley de movilidad sustentable que anuncia que hacia el año 2041 no se deberían vender más autos que sean de motor a combustión y una serie de instrumentos, entre ellos un fideicomiso y un conjunto de incentivos, para alentar la inversión y, sobre todo, el procesamiento y el agregado de valor en la cadena del litio vinculada a la movilidad sustentable, explicó.
La demanda de litio aumenta en aproximadamente 10 % anualmente, y los países avanzan en la promoción de vehículos eléctricos y cambio de matriz energética, y por ello recomiendan mayor coordinación entre la política minera, la ciencia y tecnología.
Sánchez lamentó que la región se concentre solo en la minería, y por ello describió las debilidades de corto plazo, que serían el rezago en regulaciones, incentivos e infraestructura, así como ausencia de coordinación el triángulo del litio.
Foro
Tras las conclusiones del foro virtual “Perspectivas del Litio desde América Latina”, el ministro de Hidrocarburos y Energías de Bolivia, Franklin Molina Ortiz, señaló que desde América Latina los países son conscientes de los enormes desafíos que impone hoy la nueva agenda de la transición energética hacia las energías renovables y la electromovilidad, pero también del lugar central que ocupa esta transición energética en las crecientes disputas geopolíticas que lamentablemente gobiernan hoy las relaciones internacionales.
En esa línea, anunció que el Estado Plurinacional, Argentina, Chile y México, acordaron elevar el diálogo sobre el litio a un congreso internacional del más alto nivel que se llevará a cabo este año.
Este congreso también convocará a los principales referentes del mundo académico, profesional y de las organizaciones sociales, de distintas disciplinas, instituciones y nacionalidades, bajo el auspicio institucional de la Cepal, de la Organización de Naciones Unidas.