En este sentido, la autoridad eclesiástica indicó que los cristianos tienen la misión de luchar contra todo tipo de injusticia, violencia, que se han mostrado con mayor incidencia en la pandemia por el coronavirus.
“Debemos ser valientes para denunciar cuando el autoritarismo, aun camuflado, quiera ir en contra de derechos fundamentales del ser humano; por ejemplo el derecho a la vida, y una vida digna, el derecho a un acceso rápido y seguro para todos a una atención de salud, respeto al derecho a una educación libre de ideologías, luchar contra todo esto, será el mejor regalo que le podemos dar a la Virgen María”.
Asimismo, convocó a que no se dejen intimidar con otros por el hecho de profesar el cristianismo.
En los últimos meses, el gobierno de Luis Arce y el líder del Movimiento al Socialismo (MAS) Evo Morales, atacaron a la Iglesia por su participación como mediador en los conflictos de noviembre de 2019.
En ese contexto, Arana manifestó que durante el tiempo de pandemia muchas personas han sido afectadas, considero que es necesario ayudar porque están atravesando por un mal momento. Pidió que María interceda por ellos, y a su vez se corresponda con amor y con obras.
Por otra parte, el domingo se celebró la Solemnidad de la Asunción de María, en el que recordó la festividad de la Virgen de Urkupiña en Cochabamba y de la Virgen de Chaguaya en Tarija. Destacó que los feligreses celebren acatando las medidas de protección, publicó ANF.
“Por lo general, las fiestas dedicadas a la Virgen María nos conecta en lo profundo de nuestra fe con el cariño a nuestra Madre la Virgen María. Aquella madre que ahora está en el cielo, ella fue elevada a los cielos y eso debe alegrarnos de gran manera porque nos indica cual será también nuestra meta y nos da la respuesta a preguntas importantes para nuestra existencia que estoy seguro en algún momento nos las hemos hecho, como por ejemplo… ¿hacia dónde vamos? … ¿Qué hay después de la muerte? … ¿será el cielo nuestra meta?”, reflexionó.
Los devotos de la Virgen de Urkupiña llegaron hasta Quillacollo para ser parte de las actividades religiosas. La entrada folklórica que se desarrollaba cada año, se suspendió por segundo año consecutivo a causa de la pandemia.