El Centro de Documentación e Información Bolivia (Cedib) a través de su investigador, Jorge Campanini, advirtió que los municipios de la ruta aurífera del Norte de La Paz que se vieron afectados recientemente por riadas e inundaciones, en gran medida ya fueron devastados por la minería, como es el caso de Mapiri, donde los factores climáticos fueron potenciados por las actividades antropogénicas (humanas).
“Realizamos un análisis con fotos satelitales de algunos municipios auríferos; uno de ellos es Mapiri. El análisis de 20 años mostró cambios en la estructura de los ríos de la vegetación, de la conservación. Nos está mostrando que hubo cambios severos muy evidentes en la estructura natural en los cursos de agua, en las fuentes de agua, hubo cambios severos por deforestación, pérdida de vegetación, erosión de suelos”, reveló a Brújula Digital.
En el municipio de Mapiri -dijo Campanini- se puede afirmar que las zonas devastadas ya nunca más podrán recuperarse de forma natural. “Y hemos caracterizado algunas zonas que coincidentemente son zonas mineras”, apuntó el investigador.
El cambio del lecho del río entre el 1990 y 2021 es severo –dijo Campanini- pues van desde los 663 metros hasta más de 1.000 metros. “Hay una serie de cambios, ramificaciones de ríos, cambios de dirección de los meandros (curva descrita por el curso de un río), que han provocado condiciones para que un evento natural se magnifique y tome una dirección rumbo a poblaciones urbanas como Teoponte y Mapiri”, explicó.
Según el investigador, también un análisis de las noticias sobre desastres en los últimos 15 años da cuenta de un crecimiento tanto en la intensidad de estos eventos climáticos, así como mayor actividad antropogénica, que en este caso se traduce en mayor actividad minera.
“Estos eventos climáticos son potenciados por la actividad humana, ya no es una casita, son siete, ya no es solo un muerto, son más (…). Hay una progresión en la intensidad de esos eventos climáticos y sus impactos, y potenciados por la actividad antrópica, en este caso concreto por la minería aurífera que prácticamente ha devastado zonas íntegras, que nunca más se recuperarán”, afirmó.
En ese contexto dijo que amerita un debate porque el costo de estos eventos termina cayendo sobre las economías locales, afectando economías poblaciones campesinas e indígenas, frente a un Estado que no está en condiciones de enfrentar esta situación.
“La estructura tributaria, ha decidido sacrificar sus territorios; las zonas naturales del Norte por centavos (…) Por ejemplo, en Guanay el municipio top en regalías, el valor de estas el 2021 alcanza para construir una cancha, mientras que en Mapiri no les alcanza ni para comprar una cancha de pasto sintético”, aseveró.
El costo de la minería en términos ambientales, naturales y sociales es muy alto, según el experto, frente a regalías irrisorias que quedan en estas poblaciones que no tendrán más la capacidad de producir alimentos por los fuertes impactos en sus aguas, suelos y aire por el uso del mercurio.
Bolivia es el principal importador de mercurio a nivel mundial, con más de 200 toneladas de la sustancia tóxica al año, pero también es el país centro del tráfico del mercurio a nivel regional, con lo cual frustra los esfuerzos internacionales de los países vecinos en el cumplimiento del Convenio de Minamata. (Brújula Digital)