Tras la inauguración del nuevo edificio de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) y los atentados contra el monumento a Cristóbal Colón el pasado 2 de agosto, el expresidente Carlos Mesa Gisbert, señaló que el Gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) intenta negar el pasado para profundizar una retórica de la mentira acerca del cambio y la supuesta sepultura del Estado republicano y colonial.
Mesa señaló que desde el Gobierno se promueve la retórica de la mentira, mediante la inauguración del nuevo edificio legislativo que cuenta principalmente con motivos que hacen representación de la cultura occidental andina e indígena del país, dejando de lado representaciones que hagan notar la presencia de otras regiones y culturas de Bolivia.
El exmandatario cuestionó que en las principales salas de la nueva infraestructura del Poder Legislativo solo se hayan tomado en cuenta motivos andinos y solo se tomen en cuenta representaciones de otras culturas para ambientes de menor relevancia.
“Como era esperable, en una de las salas más importantes del edificio y sin duda la más visible: el plenario de diputados; los únicos símbolos que aparecen tienen que ver con la cultura Tiwanaku, una de las grandes civilizaciones de América, sin duda. Una vez más el aparato de poder del Movimiento al Socialismo le dice al país que lo que se está imponiendo es un discurso único sólo de ida y de afirmación andina e indígena. Los “premios consuelo” de referencias a otras culturas en lugares menores de la edificación, no compensan la temática principal mencionada” expresó mediante un artículo publicado en su blog personal.
En el caso de los destrozos en el monumento a Cristóbal Colón en el centro de la Sede de Gobierno debe ser considerado como un acto vandálico que no afecta en nada la historia del país.
“Sobre ese debate, es tiempo de decir con claridad que la pintada y mutilación que se ha hecho de la estatua de Colón en La Paz (monumento entregado a Bolivia en 1925 por la colonia italiana afincada en nuestra tierra, como signo de homenaje y amistad, en ocasión del centenario de la independencia), no es otra cosa que un acto vandálico que no cambiará la historia”, señaló.
Argumentó que la trascendencia de la llegada de Colón a América generó un cambio no solo en Bolivia sino en todo el mundo, y ese acto continúa vigente con o sin monumentos.
“La historia, con sus luces y sombras, no cambiará porque se pintarrajee una estatua o se construya con despilfarro irresponsable uno, dos o cien edificios que hagan homenaje al gobierno masista. Ya lo intentaron Stalin, Mao, Hitler, Mussolini y Franco. De sus invenciones y negaciones del pasado no queda nada. La sociedad es portadora de la verdad en su vida colectiva” expresó.