Desde favorecimiento económico a medios escritos de bajo alcance nacional hasta denuncias de periódicos fantasmas, se asoman sobre el manejo y asignación de publicidad que el Ministerio de Comunicación realizó durante el gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS). Uno de estos casos corresponde al del matutino La Razón, de propiedad de Carlos Gil, y según denuncias Álvaro García Linera tendría cierta participación accionaria a través de afines, en el período 2017- 2020 se embolsó más de 12 millones de bolivianos en publicidad estatal.
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