“Están afectando mucho los problemas educativos en el campo a hombres y mujeres, pero particularmente a las mujeres, porque hay más analfabetismo. Los datos de 2018 establecen que dos de cada tres mujeres en la actividad agrícola, que trabajan en el campo, no saben leer ni escribir”, aseguró la investigadora en temas rurales, Roxana Liendo.
La experta detalló que uno de los grandes obstáculos para el desarrollo rural en Bolivia es el poco acceso y hasta la falta de educación en el campo, donde si bien las mujeres han tomado más espacios de liderazgo y decisión, aún no se consolida su formación educativa y esto les genera limitaciones.
“Por ejemplo, si llega un programa nacional a las regiones rurales, muchas mujeres que no leen ni escriben no van a poder entender lo que se está planteando y por eso se hace urgente insistir en la educación y capacitación, tanto de los hijos y mujeres. Esto es un tema urgente”, agregó Liendo durante su participación en el Foro Departamental de “Estrategias y planes de desarrollo rural en el altiplano: alternativas y propuestas campesinas”, organizado por Cipca Regional Altiplano.
En este encuentro realizado en la ciudad de El Alto se debatió, junto a autoridades, dirigentes y pobladores de regiones del altiplano, la problemática y alternativas de desarrollo rural, con el propósito de incidir en los procesos de planificación estatal y la reorientación de la inversión pública para el desarrollo rural sostenible.
“La situación de las mujeres agricultoras en las áreas rurales es muy preocupante, tenemos sobre nuestras espaldas mucha carga, porque nosotras estamos llenas de actividades y nos hacemos cargo de nuestros hijos, cuidar la casa y trabajar la tierra y lo hacemos todo el día, por eso y por el factor de tiempo es que nuestras hermanas no participan en su formación educativa”, manifestó Juliana Torres, secretaria de agricultura y ganadería del Comité Ejecutivo de la provincia Aroma (La Paz).
Y es que esta situación se ha agudizado para las mujeres rurales durante esta etapa de pandemia de covid-19, ya que muchas enfrentaron la carga laboral, el cuidado de familiares enfermos y el acompañamiento y vigilancia a sus hijos para su educación virtual.
“Las mujeres somos más sometidas al marido y aún desconocemos las leyes, incluso por no saber leer y escribir. Necesitamos que nuestras hermanas conozcan sus derechos y así poder sobresalir”, agregó a ANF la dirigente indígena.
Frente a esta realidad, desde este foro se demandó a las autoridades profundizar los mecanismos de educación y formación profesional en las áreas rurales y encaminar proyectos de liderazgos para las mujeres agricultoras.