La autoridad se refirió concretamente a la movilización de cocaleros, campesinos interculturales y mineros para prevenir inseguridad en transeúntes y de la población paceña.
“Pido al Gobierno que por favor solucione los problemas. Es un ánimo de diálogo, sentarse a la mesa y todos nos entendemos. Pero no, aquí es la presión, la presión, la presión, y creo que eso a La Paz le hace daño, al país le hace daño”, enfatizó durante la elevación de la bandera boliviana, como homenaje a las Fiestas Patrias, en la plaza Mayor de San Francisco.
Criticó que la represión policial a las movilizaciones de los cocaleros de Los Yungas provocó varios daños al ornato público, pero sobre todo inseguridad de los vecinos y comerciantes de Villa Fátima y zonas aledañas. “En villa Fátima nos han roto aceras, nos han roto jardineras, nos han roto contenedores de basura”, dijo.
Esta semana, el burgomaestre paceño inspeccionó las calles y sectores comerciales en Villa Fátima, donde en días pasados los cocaleros se enfrentaron con policías y también fueron reprimidos. Esta situación causó en los vecinos alarma y temor, por lo cual muchos sacaron los vidrios de las ventanas de sus casas para evitar roturas.
“Hay vecinos que han sacado los vidrios de su casa para que no se rompan, otros han tenido que poner colchones en sus casas para que sus puertas no vuele, es decir, es una situación muy lamentable y al Gobierno le gusta estirar, estirar la pita hasta que parece que quiere que entre bolivianos no enfrentemos y ese no es el camino”, aseguró.
Por otra parte, esta semana los denominados campesinos interculturales procedentes de Pailón (Santa Cruz), tomaron las calles Socabaya, Mercado, Colón y Camacho, después de 29 días de marcha. Exigen al Gobierno la modificación de una norma para la posesión de tierras y la renuncia del director del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), Eulogio Núñez
Los mineros de Huanuni también marcharon el jueves en el centro de La Paz, lanzaron dinamitas y destrozaron la capa asfáltica de la Av. Mariscal Santa Cruz ante la mirada paciente de los efectivos policiales, pesa la prohibición nacional que existe del uso de este tipo de explosivos.
La detonación de la dinamita dañó la capa asfáltica de la Av. Mariscal Santa Cruz y provocó inseguridad en los transeúntes. Además, los choferes de transporte público, en su intento por huir del lugar del conflicto, dañaron bolardos. Estas obras fueron inauguradas para las Fiestas Julias.
“No es el daño físico, que pueden ser cuantiosos, es el daño moral, la inseguridad. Es esta sensación que en la ciudad no se puede caminar, se toman las calles, se toma otra calle. Entonces la ciudad de La Paz vive una situación de tensión”, lamentó la autoridad edil.