Nuestra Señora de La Paz fue fundada en la puna hace 473 años y tres días después se asentó en el valle de Chuquiago Marka, hoy es el epicentro de la política boliviana.
Dos historiadores coincidieron por separado que, entonces, la urbe paceña se caracterizaba por acoger a aymaras y con el paso del tiempo ahora es cosmopolita.
El 20 de octubre de 1548 se fundó la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, en el templo de Laja, por el capitán Alonso de Mendoza; tres días después, la urbe fue trasladada al valle de Chuquiago, hoyada con menos gélidos vientos característicos de la puna, además de agua y filones de oro, de acuerdo con Pedro Cieza de León en Crónicas del Perú.
“El valle de La Paz, todo lo que es Chuquiago, estaba poblado, con asentamientos de una serie de grupos étnicos que compartían un mismo espacio y de forma dispersa; el valle estaba poblado por varios indígenas, comunidades originarias”, explicó el historiador Carlos Ostermann en entrevista con la Agencia Municipal de Noticias (AMN) sobre cómo era la actual urbe paceña hace cuatro siglos.
El experto contó que había la prohibición de los españoles de edificar en terrenos pertenecientes a los nativos, por ello no se optó por Churupampa hoy Churubamba. Los españoles escogieron la parte izquierda del río Chuquiapu hoy Choqueyapu, ahí destacan la Catedral y el Cabildo en uno de los frentes de la plaza Mayor, hoy plaza Murillo; y la Compañía de Jesús, ahora el Legislativo. Con ese episodio histórico empezó la primera etapa de la colonia.
El historiador Fernando Cajías sostuvo que se debe distinguir entre la ciudad y el departamento de La Paz. Rememoró que un año antes de la fundación, esa región estaba convulsionada por una guerra entre españoles. Unos querían mantener un sistema parecido a los señores feudales para ser los encargados de administrar el territorio y a la población aymara; pero, las tropas realistas derrotaron en Huarina a las huestes de los “encomenderos”.
A un año de ese conflicto, Alonso de Mendoza procedió con la fundación. “Era un valle muy rural, la población estaba dispersa por los ríos, solo había un poblado importante, que hoy conocemos como Churupampa, en torno a la plaza Alonso de Mendoza, y luego los españoles llamaron San Sebastián”, relató el también docente universitario.
“Era un lugar predominantemente aymara”, afirmó Cajías y su colega, Ostermann, sostuvo que la economía se basaba en llevar y traer productos entre esa región y lo que actualmente es los Yungas y Cochabamba; La Paz era un “nexo”; además, había una “buena” producción de tubérculos, granos y algunos vegetales; también hay vestigios de gran cantidad de producción de cerámica.
Y, al estar los habitantes dispersos por toda la región, los españoles los juntaron para hacer “un control social y político”. “En el año 1548, en el tema político, el concepto incaico estaba en vigencia, el tambo era una forma de administración del territorio a través de los caminos, no es como un concepto occidental de provincias y que se delega a una persona. La autoridad política antes de la llegada de los españoles recaía en el cacique, designado por el inca”, dijo Ostermann.
El historiador detalló que una de las características de la época eran los “encomenderos”. “La monarquía española designaba a una persona el poder para que se sirva de la mano de obra de los indígenas, y él se encargue de encomendar las almas de los nativos a Dios; la gente tenía que hacer un proceso de difusión del Evangelio”, contó.
Ariel Morrone señala en su libro, “De Señores de indios a Nobles rentistas: los encomenderos de La Paz (1548-1621)”, que muchos miembros de las huestes leales al rey durante las guerras recibieron el derecho a percibir tributo y disponer de la mano de obra de los repartimientos de indios. Los “encomenderos” fueron un grupo de poder en el cabildo paceño, controlando los destinos de la población nativa y de sus recursos.
“Alonso de Mendoza, interesado por el oro, necesitaba una estructura administrativa”, afirmó Ostermann, pese a que había molestia de venir a la hoyada porque implicaba bajar una pendiente que en ese entonces no tenía buenos caminos. Se sugirió incluso fundar La Paz cerca al lago al Titicaca, pero el fundador hizo prevalecer su sugerencia. Se creía que en el centro paceño antes había oro, al igual que en las actuales zonas de Tipuani y Teoponte.
“Yo conocí todavía a mi bisabuelo, a él sus papás le contaron que había oro en la ciudad; y antes era todo verde esos lugares de abajo. Los paceños somos fuertes, todo resistimos”, dijo escuetamente Prieto Chuquimia (89) en aymara, vecino de Max Paredes, mientras cerraba su chamarra para cubrirse de la lluvia tempranera de octubre.