Una vez más se ha podido establecer que ferias como el de la zona 16 de Julio, donde los comerciantes instalan sus puestos dos veces a la semana entre jueves y domingo, se logra advertir que muchos de los sectores no cumplen con las normas de bioseguridad, poniendo de esta forma en riesgo la salud de los habitantes de esta ciudad.
Esta feria empieza desde el multifuncional de la Ceja, por un lado, el otro punto de inicio es a la altura Chacaltaya, en la avenida Alfonso Ugarte y por diferentes calles y avenidas que llegan hasta el Distrito 5 de Villa Esperanza y otros distritos adyacentes al Distrito 6 que es la central de esta feria.
Es así que los comerciantes en diferentes rubros, con tarimas asentadas en las avenidas 16 de Julio y Alfonso Ugarte, asimismo, aquellos ambulantes que tienen sus puestos momentáneos en las aceras y calzadas de estas dos vías no llevan puestos los barbijos tal como indica la norma de bioseguridad.
Por otro lado, varios visitantes a esta feria, considerada la más grande del país, por la longitud que ocupa en un 80 por ciento del Distrito 6, tampoco cumplen con este requisito para cuidar la salud.
Poco o nada puede hacer la presencia de algunos efectivos policiales que se encuentran en ciertos puntos de control de tráfico, como la avenida Juan Pablo II y otras vías de acceso a esta feria, donde dichas autoridades solo miran la cantidad de personas que ingresan desde todo lado a esta feria.
Los conductores de motorizados del servicio público y particulares tampoco cumplen con las normas de bioseguridad.
Las largas filas de estos motorizados provocan la presencia masiva de usuarios que, por la necesidad de abordar los mismos para dirigirse a sus destinos, provocan inmensas aglomeraciones que de por sí dan lugar al incumplimiento del distanciamiento social.
Producto de estas anormalidades que suceden los dos días de la semana en esta feria en la zona 16 de Julio es que se pide mayor responsabilidad a la ciudadanía y control de las autoridades correspondientes.