Funcionarios ediles iniciaron controles en la venta de cosméticos como pinturas, además de golosinas y máscaras, que se comercializan para Halloween. Productos que no tengan registro sanitario, fecha de vencimiento o sean considerados atentatorios a la salud, serán decomisados y los propietarios tendrán multas.
El intendente municipal de La Paz, Christian Oporto, explicó que los controles se realizan dando cumplimiento al Comunicado 016/2022, a la Decisión Legislativa de Cosméticos No 516/02 y Resolución Administrativa Senasag No 140, ente otras ordenanzas.
“Se iniciará el control en la venta de golosinas y cosméticos que deben contar con el registro sanitario y también de las máscaras que se comercializan en esta época por Halloween, las mismas que deben contar con mínimo cinco orificios”, recalcó.
El funcionario municipal recordó que el consumo de productos con fecha de vencimiento puede ser peligroso para la salud del consumidor, más si se trata de niños. De la misma manera, comercializar productos sin registro sanitario también es riesgo porque se desconoce la procedencia.
Enfatizó que dulces, chocolates y todo tipo de golosinas que no tengan fecha de vencimiento y/o registro sanitario, serán susceptibles a decomiso y multa para quienes expenden en la ciudad de La Paz.
En cuanto a las caretas que están en el mercado, éstas deberán contar mínimamente con cinco orificios para garantizar la respiración adecuada de quienes las utilicen la noche de Halloween, es decir, dos orificios para los ojos, dos para la nariz y uno para la boca.
“Además estas máscaras, no deben ser tóxicas y tampoco deben desprender pintura con facilidad. Algo muy importante, es recalcar que todas las actividades económicas con personas que comercialicen productos de Halloween, deberán cumplir con medidas de bioseguridad que tiene que ver con el uso de barbijos y el distanciamiento respectivo”, sostuvo el intendente.
Cada 31 de octubre se celebra Halloween, conocida como Noche de Brujas. Una costumbre americana y anglosajona que hace algunos años toma mayor protagonismo en Bolivia, sobre todo, entre niños, adolescentes y jóvenes, quienes se disfrazan de personajes terroríficos y salen a las calles a pedir dulces.