Durante la homilía dominical, el arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, sostuvo que es hora de salir de la indiferencia y de la cobardía dando testimonio de nuestra fe.
Manifestó que “la paz es el fruto de la pascua y, sin embargo, el mundo se obstina en rechazarla y sigue poniendo su confianza en la fuerza, la violencia y la guerra”.
Sostuvo que también en nuestro país continúan las viejas prácticas de las amenazas, los bloqueos, los enfrentamientos y el recurso a la violencia como medios para solucionar los problemas.
Empero advierte que estas prácticas, además de dejar puntualmente insatisfechas a las partes, dejan enemistades, rencores, odios, hasta sangre y muerte.
“No hagamos que Cristo haya resucitado en vano, salgamos de los sepulcros de la violencia, del desencuentro y resucitemos a la fuerza del amor, del perdón y la reconciliación”, indicó.
Gualberti manifestó que el resucitado es la esperanza de un mundo nuevo, la luz que nos muestra el camino a recorrer para construir juntos una sociedad fraterna, justa y pacífica que se enriquece con la cultura y los valores de cada pueblo y naciones de ayer y de hoy, reportó Erbol.
Recuerda que San Pablo insta a que nos apuremos a dar este paso porque es hora de despertar del sueño, de despojarnos de las tinieblas y revestirnos de la luz, dando testimonio alegre y valiente de nuestra fe en Cristo resucitado.