"Bajo la premisa instruida por el presidente Luis Arce a las Fuerzas Armadas, de demostrar un trabajo honesto con profundo amor por la patria para evitar el ingreso del contrabando que daña la economía boliviana, se pone nuevamente en ejecución las estrategias de control de fronteras con un trabajo honesto y una nueva política de Estado para una Bolivia libre de contrabando", dijo, citado en un boletín institucional.
En el caso de los centros de formación, Rodríguez explicó que el predio de Challapata será parte de una unidad especial de las Fuerzas Armadas dependiente del Ejército, que operará en todo el sector de los Salares de Coipasa y de Uyuni y el norte del departamento de Potosí hasta la frontera con Chile.
El segundo, añadió, bajo la tutela de los Satinadores de Selva, quienes operarán entre la frontera con Paraguay y el Este de Brasil.
"Las tareas están en proceso de implementación", aseveró.
Por otro lado, Rodríguez mencionó que un contingente de Inteligencia de las Fuerzas Armadas hace seguimiento a las actividades del Comando Estratégico Operacional para evitar que sus miembros incurran en actos de corrupción.
"Estos grupos de Inteligencia tienen tres tareas. Uno, investigar a los militares o funcionarios uniformados que se encuentren operando. La segunda tarea es investigar a los clanes familiares o los contrabandistas, identificar más puntos de ingreso ilegal al país y (tercero) hacer un análisis de Inteligencia estratégica sobre lo que ocurre al otro lado del país", manifestó.
La autoridad gubernamental apuntó, además, que se realizan los relevos del personal de lucha contra el contrabando en las líneas fronterizas, particularmente con Perú y Chile.
"Es así que a partir del 31 de diciembre de 2020 se adoptó una nueva estrategia de control de frontera, que consiste en utilizar los 25 puestos militares adelantados con un área de jurisdicción entre 36 a 40 kilómetros y la destrucción de caminos habilitados por el contrabando", concluyó.