En el inicio de la fase de alegatos orales en el proceso por las aguas del Silala en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), la agente chilena ante La Haya, Ximena Fuentes, manifestó que las aguas del Silala efectivamente fueron canalizadas por una empresa privada y que ese país ofreció no poner ninguna objeción en que Bolivia destruya estas obras.
Fuentes abrió el viernes 1 de abril la participación chilena en esta etapa del proceso, entre sus primeros criterios insistió en la postura de su país al señalar que las aguas del Silala, supuestamente, corresponden a un río internacional; sin embargo, también reconoció que las obras civiles se encargaron de dirigir su curso hasta territorio chileno.
“En 1908 el Gobierno de Bolivia otorgó una concesión a esta empresa en relación con el uso del aguas del Silala para suministrar agua a las locomotoras de vapor que operaban en la línea férrea de Antofagasta a La Paz, después que Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia (FCAB) obtuviera estos permisos se realizaron obras hidráulicas y se excavaron canales de agua a lo largo del río Silala en territorio boliviano y también chileno. Bolivia rescindió esta concesión en 1997 desde entonces la empresa FCAB opera solo con la captación de territorio chileno”, dijo.
Fuentes, además, refirió que su país ofreció como solución, sin obtener respuesta, reconocer que ambas partes tienen derecho al uso equitativo y razonable del Silala y que Bolivia puede desmantelar los canales como le parezca oportuno. “No fue Chile el que autorizó la construcción de los canales ni pide que se conserven”, refirió.
“Chile no tiene ninguna objeción a que Bolivia desmantele sus canales. Se ha dejado claro en los alegatos escritos que no duda que si la eliminación de los canales, que naturalmente se llevan a cabo con el debido cuidado por Bolivia, lleva a una reducción del flujo en Chile, o a una reducción cualquiera en la calidad del agua, esto no vulneraria las obligaciones de Bolivia respecto al Silala como curso de agua internacional”, refirió.
AGUAS DEL SILALA
Tras estas declaraciones, el embajador de Bolivia en Los Países Bajos y agente del Estado ante La Haya, Roberto Calzadilla, afirmó que la posición boliviana durante todo el proceso es que las aguas del Silala son un curso de agua internacional que nacen en el país y fue “artificialmente mejorado” por una empresa privada chilena.
“A lo largo de este proceso que lleva años de desarrollo, Bolivia sostuvo que el Silala es un curso de agua internacional, artificialmente mejorado, que nace en Bolivia de varios manantiales y fluye aguas abajo. Las canalizaciones fueron hechas por una empresa anglo-chilena y mejoraron sustancialmente el caudal de agua, del que hasta la fecha continúan beneficiándose empresas chilenas”, indicó.
Sostuvo que para responder a la demanda chilena, el Estado boliviano encargó un estudio independiente del Instituto de Hidráulica Danés, el mismo estableció que una parte de las aguas del Silala fluyen de forma natural hacia Chile. Este flujo fue mejorado por canalizaciones realizadas en territorio boliviano. Informe que se sumó a los estudios realizados por la Universidad Tomas Frías en 2018.
“Chile no tiene ningún derecho adquirido para hacer uso del total del caudal del Silala, porque Bolivia tiene el derecho de disponer sobre las canalizaciones en su territorio y por ende sobre todo el flujo mejorado”, manifestó.
De esta forma, manifestó que el país se acoge al derecho sobre el uso de aguas internacionales, afirmando que el país vecino no cuenta con la atribución de disponer de este recurso en su totalidad como lo hace hasta la fecha. “En los cursos de agua internacional rige la regla del uso equitativo y razonable en beneficio de ambos países, por lo que Chile no puede tener derecho al uso total como efectúa en la actualidad”, sostuvo.
El representante diplomático puntualizó que Bolivia no realizó ninguna acción que ponga en riesgo el uso que Chile hace de estas aguas, a pesar del derecho que se tiene de disponer de los canales que se encuentran en territorio nacional. “Chile debe negociar con Bolivia y no hacerlo de forma arbitraria y unilateral”, puntualizó.
En este sentido, la abogada Johanna Klein Kranenberg, durante su intervención representando a Chile, confirmó que la empresa de interés privado chileno Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia (FCAB) construyó los canales para generar un flujo artificial del Silala hacia Chile.