Cientos de creyentes asisten a los cementerios de La Paz y El Alto, para agradecer a las “ñatitas” (cráneos humanos) por los favores recibidos o pedirles ayuda en la resolución de algún problema. Salud, trabajo, negocio y amor, son las razones por las que más las buscan. Dicen que cuando se les pide un favor, es necesario hacerlo con mucha fe y no usar sus “dones” para el mal, porque se podría revertir.
Elizabeth Portugal y Ángel Aduviri, ambos maestros consejeros y pareja, son fieles creyentes de estas “wawitas”, como les llaman, y cuidan a 86 de ellas. La esposa, quien ya tiene 25 años de experiencia en ese oficio, descubrió muy niña esa ‘habilidad’. “Desde mis siete años, Dios me dio el don de ayudar a las personas, además, mi mamá también hacía lo mismo”, recordó.
“Panchito” fue el primer cráneo que tuvo, “me lo dejó una señora que se fue al exterior. Lo vi en un sueño, es una persona gordita de mediana estatura y con unos 50 años. Era abre caminos, es decir, trabajaba en carreteras y también de albañil. Por eso, a él le piden por trabajo y que abra los caminos para que puedan surgir”.
Sin embargo, la preferida es “Sandra”, apuntó, “porque era una cochabambina, comerciante y luchadora. A ella, la buscan para pedir trabajo, justicia y dar fortaleza a las personas”. Otra que tiene muchos fieles es “Justina” a quien pese a haber fallecido hace más de 10 años, aún le crece el cabello, asegura la mujer.
Como ellos; cada calavera tiene su personalidad, por ejemplo; a Cecilia la buscan para el estudio, a Susana para que los negocios prosperen; Agustín ayuda a emprender negocios, en tanto que, Juvenal a “amarrar la lengua y callar la boca de enemigos”.
Para que todo se cumpla, según Ángel, lo importante es creer, porque “si usted tiene fe, ellos (ñatitas) le corresponden, además, ellos están más cerca de Dios, por eso, son intermediarios para llegar a Dios, para pedir ayuda”, señaló.
Cuidarlos también es importante, por lo que no les debe faltar coca, flores, bebidas, velas, cigarro e, incluso, golosinas y comida.
Desde hace 20 años, en una forma de agradecimiento y a iniciativa de los fieles, estas “wawitas” tienen su fiesta cada 8 de noviembre y, hace 15 gestiones, conformaron la comparsa “Central 8 de Noviembre”, con la que bailan al son de la morenada.
“Este año, somos los organizadores y tenemos nuestros compadres que pasarán el preste”, indicó Portugal.
En efecto; Luis Hernández y su esposa Lidia Candia, son los pasantes de este año. “Somos devotos desde hace 15 años. Para nosotros son ‘wawitas’, vinimos para pedir ayuda en la salud y nos cumplieron (…) ahora decidimos ser pasantes, tienen su misa y hoy (por el martes) cuatro de las “wawas” en representación estuvieron en el Cementerio General de La Paz. Desde mediodía, bajamos en caravana junto a la morenada, hasta el salón de fiesta”, detalló Hernández.
Una orquesta y grupos folclóricos, entre otros artistas amenizaron el acontecimiento, disfrutaron de un plato de comida especial y bebidas. “Todo es por fe y agradecimiento, pero siempre, primero, está papá Dios y como ellos (ñatitas) han sido seres humanos, como nosotros, han vivido y compartido, son almas benditas a las que les tengo mucha fe y devoción”, justificó el preste.
Su esposa, recordó que fue a raíz de la enfermedad de su padre que acudieron ante Elizabeth y sus ñatitas. “Nos encomendamos siempre a ellos, por salud, porque sin eso no hay nada. Mi papá vivió con diálisis casi tres años y al venir a pedir por su salud, lo ayudaron. Desde ahí tenemos mucha fe”, contó.
En Bolivia, cada 8 de noviembre se vive la festividad de las “ñatitas”, incluso, cada año unas 39 que se guardan en el camposanto paceño, son desenterradas para ser agasajadas.
Ellas también tienen su fiesta organizada, esta gestión, por Flora Chávez, quien desde tiempo atrás realizó los preparativos para el festejo. “Son 17 años que estoy con ellas. Ahora soy la encargada y responsable de las ‘ñatitas’ (que están) dentro del cementerio, porque creo en ellas”, sostuvo mientras llevaba un cigarro a la boca.