Después de dos años de pandemia del covid-19, en distintos departamentos del país fueron autorizadas las actividades del carnaval que, según aseguraron las autoridades y participantes, se desarrollará con estrictas medidas de bioseguridad y esquema completo de vacunación, mientras que los funcionarios de salud refuerzan los puntos de vacunación.
Entradas folklóricas, coronaciones de reinas, corsos, festejos de comadres y compadres, fiestas, entre otras actividades con masiva asistencia de personas se viven en el país, como una forma de escape de las restricciones y duras situaciones que vivieron las familias bolivianas por un virus del que aún no se tiene una protección definitiva.
Pese a la oposición del sector salud, las autoridades subnacionales dieron la autorización para los festejos del carnaval basados en los reportes epidemiológicos de cada región, tomando en cuenta que los nueve departamentos del país ingresaron a una sexta semana de disminución de casos de la cuarta ola del covid-19.
La decisión obedece a la necesidad de reactivar la economía de varios sectores del comercio, locales de eventos, grupos musicales, bandas, turismo, transporte entre otros, que se vieron afectados por la prohibición de realizar fiestas, entradas folklóricas y otras actividades relacionadas con el carnaval.
El Carnaval de Oruro con su fastuosa peregrinación al Socavón, declarado Patrimonio Oral Intangible de la Humanidad el 18 de mayo de 2001, generaba en tiempos normales 90 millones de dólares y este año se espera un movimiento económico de entre 10 y 15 millones de dólares, según informó el presidente de la Cámara de Industrias de Oruro, José Peñaranda.
Pero el temor de los médicos es que las actividades carnavaleras deriven en un nuevo incremento de casos positivos de covid-19 y pasar rápidamente a una quinta ola del virus, por lo que se recomendó a la población no descuidar las medidas de bioseguridad, como es el uso del barbijo, lavado constante de manos, uso de alcohol en gel y el distanciamiento físico.
En ese tema, solo queda apelar a la conciencia y responsabilidad de cada persona que acudirá a algún festejo porque los controles que se realicen no podrán abastecer con su personal para verificar que la ciudadanía no se quite el barbijo o que existan aglomeraciones.
Por su parte, el ministro de Salud, Jeyson Ausa, dejó en manos de las alcaldías el análisis y la decisión respecto a la autorización o no de las actividades carnavaleras, en función de los reportes epidemiológicos de los servicios departamentales de salud.
El presidente de la Sociedad Boliviana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva, Joel Gutiérrez, manifestó su preocupación debido a que al autorizar el festejo del carnaval no se tomó en cuenta la magnitud de los resultados que podrían derivar en un incremento de contagios por la concentración de personas.
“Es bastante lamentable que se pueda permitir actos de festejos del carnaval. Eso va en contra del desarrollo de la pandemia, con lo que significa mejorar la situación epidemiológica y generar mejores opciones de dar fin a la pandemia, pero con esto estamos seguros que se va a desatar una quinta ola”, aseguró Gutiérrez.
Bolivia está saliendo de la cuarta ola del covid-19, mientras las autoridades subnacionales aprovechan las actividades del carnaval para instalar puntos de vacunación en los que se espera que acudan los ciudadanos para inmunizarse. (talcual.bo)