Conforme a la tradición, ayer al mediodía las almas que vienen a visitar a sus familiares por Todos Santos se disponen a retornar al más allá, tras la estadía por 24 horas en compañía de los seres vivos. Los pobladores de El Alto no escatimaron esfuerzos para acoger a sus parientes difuntos.
Durante las visitas programadas por las autoridades alteñas para la despedida a las almas en los cementerios Héroes del Gas Norte (El Ingenio), Héroes del Gas Sur (extarapacá) y el Cementerio General Mercedario hubo control sanitario, las personas debían portar el barbijo correctamente puesto, alcohol en gel, los funcionarios municipales afirmaron que no surgieron incidentes ya que los dolientes están acatando las medidas, además existen lugares para que menores esperen a sus padres mientras ellos entran al camposanto para realizar la despedida a los difuntos.
Los habitantes conservan las costumbres que aprendieron durante su niñez y trajeron hasta la urbe alteña, ya que muchos vienen de varias regiones del país.
El armado de las mesas o altares con las costumbres tradicionales y los alimentos que fueron de preferencia del difunto, además de la visita a los cementerios son las principales actividades que realizan los creyentes en esta festividad de Todos Santos.
Flores, frutas, velas, las t’antawawas y una variedad de masitas, además de hojas de coca, son infaltables en las mesas preparadas para los difuntos, también cañas de azúcar y velas; esta actividad religiosa es acompañada alrededor de la mesa por familiares e invitados.
De la misma forma, muchos rezadores visitan algunos domicilios, donde existe la presencia de una mesa preparada o altar para recibir a sus difuntos, también caminan por las calles ofreciendo la dedicación a los difuntos mediante oraciones y cánticos especiales dedicados para almas de mayores y niños.
De acuerdo con la creencia, las almas deberán dejar la tierra y volver al mundo de los muertos al mediodía, luego de haber compartido con los vivos y sus seres queridos, todo lo preparado para su bienvenida y su retorno.
Para el efecto, a la misma hora en que los ajayus llegaron el día 1 de noviembre, se recoge la mesa preparada y se visita los cementerios, se llevan los productos que estuvieron en la mesa, día antes, y se distribuyen a los presentes a cambio de oraciones como forma de despedida de las almas hasta el próximo año.
Para esta ocasión, el Gobierno Autónomo Municipal de El Alto estableció una serie de restricciones en los cementerios, con el objetivo de resguardar la salud de la población evitando aglomeraciones y el riesgo del contagio del covid-19.
Entre las restricciones, solo se permitió el ingreso de cinco personas por difunto; la permanencia de los familiares en el camposanto fue solo de 45 minutos; no podían ingresar niños menores de 12 años y adultos mayores de 60 años; finalmente se prohibió el asentamiento de comerciantes a una distancia de 400 metros a la redonda, aunque en algunos casos estas medidas no se acataron con rigurosidad.