La falta de recursos económicos en la Cooperativa de Aguas de San Ignacio de Mojos (Coasani) demora el mejoramiento de la infraestructura y el tratamiento de aguas en la planta del municipio de San Ignacio de Mojos (Beni) por lo que debe recurrir a ayudas externas.
“Una ONG (Organización No Gubernamental) nos está apoyando porque no tenemos la capacidad económica para poder construir los nuevos proyectos de ampliaciones de red (de agua) por el crecimiento poblacional y para concluir esta planta de tratamiento. Es imposible hacerlo solos. Entonces estamos tocando las puertas”, manifestó el presidente de Coasani, Sealtiel Casanovas, en entrevista con la ANF.
En pasados días, este medio de comunicación visitó los predios de la planta de tratamiento de aguas del municipio beniano que extrae el líquido vital de la laguna Isireri para el consumo y constató que la planta no cuenta con un muro perimetral, así como de ningún funcionario que cuide las instalaciones y evite el ingreso de personas no autorizadas al lugar.
La autoridad de la Coasani confirmó las limitaciones en seguridad que existen en las instalaciones, sin embargo, en su opinión esta planta “aún no fue concluida” por lo que esperan mejorar las condiciones este año con ayuda externa.
“Con la ONG Taupadak venimos trabajando varios proyectos, entre ellos, el enmurallado de la planta de tratamiento. La subgobernación de la provincia Mojos contribuirá con el rellenado de tierra porque donde fue construida la planta es un lugar bajo (…) Este año intervendrá con 50 volquetadas de tierra y como contraparte hemos solicitado a la ONG el financiamiento necesario para el muro perimetral”, agregó.
Según Casanovas, es muy difícil contar con un funcionario que vigile los predios de la planta las 24 horas del día, ya que en el lugar solo existe un técnico que es el responsable del arreglo y el correcto funcionamiento de las instalaciones, labor que desarrolla en un horario de trabajo determinado.
“Tiene que ver el funcionamiento de las bombas, la preparación y la dosificación del sulfato de aluminio. También debe estar pendiente del cárcamo de bombeo. Estar al pendiente del proyecto de la zona 15 de agosto que acabamos de entregar y del funcionamiento del pozo en la zona 10 de octubre. Tiene mucho que hacer”, dijo.
CAMBIOS
Según el dato de medios de comunicación, la planta potabilizadora de agua fue inaugurada por el expresidente Evo Morales en 2016 tras una millonaria inversión, sin embargo, esta obra dejó de funcionar poco tiempo después.
“La planta que se mencionó que fue de 4,6 millones de bolivianos solo funcionó ocho días en aquel año y el dato me lo manifiesta la expresidenta de la Coasani que estuvo en aquellos años. Entonces, solo funcionó ocho días con agua aceptable, por decirlo así, con agua para el consumo humano, ya después no funcionó”, dijo el funcionario.
Casanovas, quien asumió la jefatura de la cooperativa en noviembre de 2021 tras ser elegido en una asamblea de usuarios, aseguró que desconoce las causas de esa paralización, pero afirmó que, a partir de 2017, la planta de tratamiento tuvo significativos cambios gracias a la cooperación de una ONG colombiana.
“Así, utilizando esta planta que ya se tenía, se implementó el primer floculador hidráulico vertical y a través de esto se usó el componente de sulfato de aluminio que es el elemento químico utilizado en todo el mundo para tratamiento de agua”, contó.
El funcionario explicó que a partir de esa acción específica “se logró tener agua mejorada” en San Ignacio de Mojos y que esta planta de tratamiento tradicional sin procesos químicos pasó a ser también una “una planta de tratamiento físico – químico”.
los RECURSOS
NO ALCANZAN
Coasani es una Entidad Prestadora de Servicios de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario (EPSA) que, según el artículo 1 de la Ley 3602 del 12 de enero de 2007, se conforma “bajo un modelo mancomunitario social, como personas colectivas de carácter social y sin fines de lucro”.
Asimismo, este tipo de entidades, según el parágrafo II del artículo 6 de la misma norma, establece que “serán consideradas sujetos de crédito público y serán susceptibles de beneficiarse de transferencias, tanto de recursos de financiamiento externo como de otros recursos financieros, bajo la garantía de los gobiernos municipales o prefecturas departamentales, previa aprobación de las instancias pertinentes, conforme a Ley”.
Actualmente, la cooperativa abastece de agua a más de 2.600 usuarios en el municipio de Mojos, sin embargo, los recursos económicos que se generan por el pago del servicio no alcanzan para emprender autónomamente nuevos proyectos o garantizar las mejoras en la planta de tratamiento de aguas.
“Una ONG nos está apoyando con el proyecto de agua que acabamos de entregar y se ha enviado al financiador el proyecto que denominamos 10 de octubre que es mucho más grande. Aquí no tiene nada que ver la Alcaldía ni la Gobernación, solo nos apoyan con la excavación y tapado de las zanjas o con la concesión del terreno para construir la infraestructura”, dijo Casanovas.
El presidente de la cooperativa explicó que las tarifas por el servicio de agua oscilan entre los 16 y 30 bolivianos, lo cual hace insuficiente la recaudación de recursos para el sostenimiento autónomo de la Coasani.
“Es imposible que la cooperativa haya logrado hacer una ampliación de red (de agua) por cuenta propia y por el aporte de los usuarios a través de su consumo (…) Para mantener la institución se necesita la adquisición de químicos. Los salarios que tiene el personal es el mínimo nacional y la energía eléctrica se lleva el 30% de los recursos (…) Hay una altísima deuda por energía eléctrica y que venimos pagando periódicamente a ENDE Beni”, complementó.
LOS RETOS A FUTURO
Ante las limitaciones de Coasani, los desafíos son más grandes. Al proceso de tratamiento que actualmente se hace al agua que se extrae de la laguna Isireri, debe implementarse la sedimentación, mecanismo de purificación para el cual la cooperativa busca un financiamiento externo.
“Se trata de implementar unas láminas tipo colmena de abeja, cuyo objetivo es el asentamiento en el fondo de todo el material en suspensión que ya logró juntar el sulfato de aluminio. De esta manera se capta un agua de mejor calidad en la parte superficial. Luego se pasa al proceso de filtración que en este momento no funciona, efectivamente, porque la arena donde se hace la filtración se tapa enseguida”, explicó Casanovas.
San Ignacio de Mojos recibirá en noviembre próximo la visita de una ONG de España para tocar temas de salud, evento que Coasani aprovechará para usar los conocimientos de un experto en temas de potabilización de agua y así implementar los sedimentadores que hacen falta en la planta de tratamiento.
“Se hará con los recursos que podamos conseguir y con los materiales que podamos obtener en nuestra región porque para adquirir los sedimentadores se necesita muchísimo dinero. Entonces ¿qué es lo que tenemos que hacer? trabajar con el material que tengamos y con el Ingenio de la gente”, comentó.
Según Casanovas, los resultados de un reciente estudio de laboratorio hecho a las aguas de la laguna Isireri, elaborado por la Cooperativa de Servicio de Agua Potable y Saneamiento Básico del municipio de Santa Cruz (Saguapac), evidencian que la turbiedad del líquido vital es de 30 NTU (Unidades Nefelométricas de Turbidez).
“Pero el resultado después del leve tratamiento que le damos al agua en la planta bajó a 14 NTU. Estamos muy cerca de lograr lo permisible. Sin embargo, creemos que va a mejorar una vez concluyamos la sedimentación”, explicó.
El presidente de Coasani aseguró que el agua que distribuyen actualmente a los usuarios del municipio “es apta para el consumo”, ya que se trata de “agua mejorada”.
“El agua de la laguna la pudieron ver y también puede ver el agua que sale de los grifos es muy diferente. Es apta para el consumo, pero no es potable, es agua mejorada”, señaló. (ANF).