@VisorBolivia toma las partes sobresalientes de la declaración de la expresidenta y añade el contexto histórico de los hechos, con base en declaraciones y testimonios que se fueron comprobando hasta la fecha.
La declaración de 18 páginas fue difundida este viernes por el matutino Página Siete, luego que la exdignataria fuera interrogada por el Ministerio Público en la cárcel de Miraflores, donde guarda detención preventiva desde marzo.
Evo Morales había renunciado a la Presidencia acusando un “golpe cívico militar y policial” en su contra, la tarde del domingo 10 de noviembre de 2019, luego de tres semanas de movimientos ciudadanos que paralizaron al país, en reclamo al fraude electoral de las elecciones generales de aquel año.
LA RUTA DE AÑEZ Y LA
REUNIÓN EN LA UCB
Añez llegó a La Paz al día siguiente desde Trinidad, porque el Senado había quedado vacío con las renuncias de los senadores del MAS Adriana Salvatierra y Rubén Medinacelli, presidenta y primer vicepresidente de la Cámara Alta, respectivamente. Su objetivo, señala, era buscar la pacificación del país, pues la noche del domingo se activó un plan de violencia y caos, sobre todo en las ciudades de La Paz y El Alto, por la dimisión de Morales tras 14 años de poder.
Para entonces ya se había convocado a una reunión en la Universidad Católica de Bolivia (UCB), con la participación, durante dos jornadas, de los líderes de la oposición Carlos Mesa, Jorge Quiroga, Samuel Doria Medina, sus asesores Ricardo Paz, José Antonio Quiroga, Luis Vásquez y Roberto Moscoso. También estaba el abogado Jerjes Justiniano, en representación del Comité Cívico Cruceño, el senador de Demócratas, Óscar Ortiz, los activistas del Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade), Waldo Albarracín, Juan Carlos Núñez y Rolando Villena, así como los representantes de la Iglesia Católica Eugenio Escarpelini, Ricardo Centellas y José Fuentes. Completaron la mesa, delegados diplomáticos de la Unión Europea y la Embajada de España.
Del oficialismo participaron el lunes 11 de noviembre la senadora Salvatierra, la diputada Susana Rivero y la exministra Teresa Morales. Las oficialistas coordinaban permanentemente vía teléfono con el exministro de Justicia, Héctor Arce, y el propio Morales que esperaba la salida de su vuelo al exterior desde el Chapare.
Paz es quien llama a Añez para exponerle el vacío de poder que había quedado en Bolivia y la posibilidad de activar la sucesión constitucional hasta la Segunda Vicepresidencia del Senado, cargo que recaía en ella.
“(Paz) me explica que ellos estaban en una reunión buscando una reunión pacífica y me sorprendo de la llamada, me dicen que estaban buscando la mejor forma constitucional de cómo hacer una transición y como en el Senado todos habían renunciado, yo era la segunda vicepresidenta. Me preguntaron si estuviera dispuesta a asumir la Presidencia para hacer el proceso de transición y llamar a nuevas elecciones constitucionales, a lo que respondo que estaría dispuesta si podría contribuir a la pacificación del país”, declaró.
La entonces segunda vicepresidenta del Senado llegó al aeropuerto de El Alto, luego fue trasladada al Colegio Militar en un helicóptero, pues en El Alto había bloqueos y violencia.
Para el Gobierno esa es una prueba de que Añez tuvo el apoyo militar para “dar el golpe” y así “autoproclamarse” como Presidenta del Estado.
Añez aparece en la Asamblea Legislativa luego de mediodía y declara que asumiría la Presidencia del Senado, según manda el reglamento, y desde ahí se verá la posibilidad de pacificar el país por la vía constitucional, porque también había renunciado el presidente de Diputados, el masista Víctor Borda.
Luego, parte “disfrazada” hacia la Academia Nacional de Policías y desde ese centro, Añez recibe informes sobre la situación y el desborde que venía contra la Policía. Las estaciones policiales de El Alto habían sido quemadas y saqueadas por turbas del MAS, acusando a los efectivos d e haber hecho un “motín racista”.
Añez recibe el número del entonces comandante de las Fuerzas Armadas, general William Kaliman, le llama y pide que actúe para evitar mayor violencia. El general, conocido por ser adepto a Morales Ayma, le respondió tajante: “Cuando usted sea Presidenta va a poder darme órdenes” y luego apagó su celular.
Añez ya había tomado contacto con los líderes cívicos de la rebelión nacional, Luis Fernando Camacho y Marcos Pumari, quienes se encontraban a resguardo en un hotel de la zona Sur de La Paz.
Esa noche Añez y sus dos hijos pasaron la noche en casa de una policía, mientras la violencia continuaba en La Paz y El Alto, donde se habían formado barricadas vecinales para evitar enfrentamientos.
“Esa noche fue durísima, ya que me enteré de que en Trinidad había amenazas de que iban a quemar mi casa, había mucho miedo, tuve que pedir auxilio a la Policía de allá, mandaron patrullas, y también fue mi barrio que cuidaron mi casa. Nos quedamos a dormir esa noche allí, esa noche hubo mucha violencia en La Paz”, agrega.
La mañana siguiente, Añez recibe una nota del entonces comandante de la Policía, Yuri Calderón, que le expone la situación y la necesidad de pedir apoyo a las FFAA para controlar la convulsión inminente en las ciudades.
La senadora beniana, que ya había asumido la Presidencia de la Cámara Alta, grabó un video en la casa de esa oficial de policía que le dio alojamiento y exhortó a Kaliman a “coordinar con la Policía” porque de seguir la tensión y haber muertos por acción de las “hordas criminales” sería responsabilidad del militar.
El general Kaliman y su Alto Mando habían sugerido la renuncia de Morales, para evitar más muertes en el país, a mediodía del domingo 10. Para el MAS esa es otra prueba del “golpe” militar al caudillo y líder cocalero. Hoy todos esos militares son acusados por el caso “sedición, conspiración y terrorismo” junto a políticos y cívicos, a denuncia de la exdiputada del MAS, Lidia Patty, y sus asesores jurídicos.
SALVATIERRA Y
CANELAS ANTICIPARON
LA SUCESIÓN
Sin embargo, la sucesión constitucional había sido acordada antes, desde el propio MAS, pues la senadora Salvatierra y el renunciante ministro de Comunicación, Manuel Canelas, muy ligado al ala del exvicepresidente Álvaro García, ya advertían el escenario de una renuncia presidencial, el mismo domingo 10 de noviembre.
Ambos representantes del MAS pidieron una reunión con José Antonio Quiroga y Ricardo Paz, para coordinar la sucesión con el objetivo de llamar a nuevas elecciones y renovar el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
“Don Antonio Quiroga recibe una llamada del entonces ministro de Comunicación, Manuel Canelas, pidiendo una reunión entre Adriana Salvatierra y el mismo Manuel Canelas. Que la reunión será con Quiroga y el señor Ricardo Paz, esta reunión sería en la oficina del señor Quiroga en la calle Ecuador en la editorial Plural, en esa reunión Adriana Salvatierra plantea y anticipa ante una posible renuncia de Evo Morales, que ella accedería a la Presidencia en sucesión constitucional y llamaría a elecciones con un nuevo Tribunal”, recuerda Añez en su declaración.
Sin embargo, Mesa fue consultado sobre la posibilidad de que Salvatierra asumiera el mando del país y este sugirió que no sea nadie del MAS, porque las movilizaciones y las protestas en las calles no aceptarían aquello.
Salvatierra tuvo permanente coordinación con Héctor Arce y durante esas jornadas, pese a acusar en los medios que era víctima de presión y amedrentamiento, siempre fue trasladada en movilidades diplomáticas facilitadas por la UE y la Embajada de España.
De Canelas no se supo más y hoy se encuentra fuera del país.
Mientras la tensión y la violencia se apoderaban de La Paz, en Cochabamba Evo Morales solo exigía garantías para salir del país. Sus constantes llamadas a Salvatierra daban la línea de no aceptar ningún acuerdo hasta que su integridad sea asegurada, tal como recuera el expresidente Jorge Quiroga.
Quiroga fue quien facilitó una operación militar para que Morales salga del Chapare rumbo a México la noche del 11 de noviembre. Cuando se conoció la foto del expresidente con una bandera mexicana y en un avión particular, se definió que había que definir la Presidencia del Estado.
Tras las reuniones en la UCB, se concluyó el 12 de noviembre que el país no podía estar más bajo un vacío de poder que era riesgoso para todo el sistema democrático. Por ello se planteó a las tres delegadas del MAS que conversen con sus bancadas y militantes para llegar a una solución. Al no tener respuesta se comenzó a activar la sucesión constitucional en la Asamblea Legislativa.
La exministra Morales dijo que Mesa sugirió el nombre de Añez para la sucesión, pero el jefe de Comunidad Ciudadana negó ese extremo. Explicó que se limitó a decir que correspondía seguir la línea sucesoria hasta la Segunda Vicepresidencia, sin dar nombres, porque incluso no conocía a la senadora beniana.
A su vez, monseñor Fuentes recuerda que Salvatierra terminó esa reunión aceptando la sucesión e incluso invitó a los obispos a ser parte de la sesión legislativa de posesión.
Sin embargo, Salvatierra luego recibió la orden de evitar el quórum y por ello se comunicó a los asambleístas del MAS que no asistan a la sesión de la Asamblea Legislativa. El senador oficialista Omar Aguilar es testigo de esa orden, afirma Añez en su declaración informativa.
Hoy, esa falta de quorum es otra de las pruebas del MAS para decir que Añez “se autoproclamó”.
Jeanine Añez como presidenta del Senado y luego presidenta de la Asamblea Legislativa llamó a sesión y con las bancadas de oposición asumió el mando del país el martes 12 de noviembre de 2019, convirtiéndose en la segunda mujer en acceder a esa alta función.
Dos días después, el Tribunal Constitucional Plurinacional emitió una nota en la que se recuerda la Declaración Constitucional 003/2001 que establece la sucesión directa ante este tipo de vacíos de poder en el orden constitucional.
Asimismo, la Cámara de Senadores restauró su directiva y nombró como presidenta a Eva Copa del MAS.
Tanto Añez como Copa, en medio de una segunda ola de disturbios en el país, con los enfrentamientos sangrientos de Sacaba y Senkata de por medio, firmaron las leyes que dieron fin a la crisis política, convocaron a nuevas elecciones y designaron a vocales para renovar el TSE. Las elecciones fraudulentas quedaron anuladas y los Órganos Ejecutivo, Legislativo y Electoral quedaron totalmente definidos para diciembre de ese año. //@VisorBolivia//