Debido al incremento de casos de covid-19, la poca cobertura de gente con el esquema completo de vacunas y la presencia de subvariantes de Ómicron, se sugiere la posibilidad de administrar una quinta dosis de inmunización, solo a poblaciones vulnerables y en riesgo.
Entre estos grupos estarían; individuos con alguna enfermedad de base, personal de salud y adultos mayores, entre otros.
“Sí, se podría administrar (una quinta dosis de vacuna contra covid-19) en caso de que haya predisposición o sean personas vulnerables y en riesgo, por ejemplo, personal de salud que tiene más posibilidad de tener cargas virales altas, al estar en contacto con mucha gente”, sostuvo el biólogo e investigador Roger Carvajal.
Incluso, dijo, algunos médicos ya administraron las dosis a gente que tiene alguna enfermedad de base, pero “son casos especiales, inclusive se les hace la medición de anticuerpos, son casos individualizados, ya no es poblacional”.
Por su parte, el presidente del Colegio Médico de Bolivia, Luis Larrea, sostuvo que aplicar una dosis anual sería la forma de evitar o mitigar la propagación del virus ya que la quinta dosis “no es una opción, proponemos que haya una vacunación anual, para todos y que, ahora, todas las personas con patología de base se vacunen, porque esto (el virus) va a seguir cambiando, mutando”, advirtió.
Ambos expertos, a su turno, coincidieron en señalar que las coberturas de vacunación no llegaron a los niveles requeridos ni óptimos, “eso es algo que nos perjudica bastante. En este momento solo el 53 por ciento (de bolivianos está) con dosis completa”, aseguró Larrea.
Concordaron que mínimamente, una persona debería tener dos dosis, pero lo favorable es que tenga hasta la tercera y, mucho mejor, la cuarta inmunización contra el covid-19.
“Lo que se está recomendando, a nivel internacional, es mejorar la cobertura con la cuarta dosis (…) se ha visto que los que no se contagian son la gente que tiene la cuarta dosis, por eso a nivel poblacional, no se está pensando en la quinta ni a nivel mundial”, explicó Carvajal.
El biólogo afirmó que el incremento de casos, durante los recientes días, no es muy significativo, pero se empieza a notar. Aseguró que es a consecuencia de la presencia de la subvariante BQ1, que es altamente contagiosa, se difunde muy rápidamente, pero no es tan patogénica.
“No genera muchos daños y se confunde con la gripe (…) genera tos, fiebre, malestar, dolor de cabeza”, detalló y recomendó que lo que corresponde es reinstalar las medidas de bioseguridad para evitar que se difunda.
“No tanto porque a la gente le cause mucha enfermedad, sino, para las personas que tienen enfermedades de base o gente mayor, obesos, diabéticos y otros, no se contagie, porque la población que no tiene esos problemas está cursando de manera muy leve, por lo tanto, hace que mucha gente no se preocupe, pero el problema está en contagiar a los que sí les puede causar daño”, indicó Carvajal.
SEXTA OLA
Para el Colegio Médico de Bolivia, el país ya estaría ingresando en una sexta ola y los contagios de covid-19, en unos 15 a 20 días, se estarían multiplicando. Sin embargo, según el investigador no hay datos concretos para decir eso, aunque “se puede asumir, porque cada fin de año siempre ha habido una ola, debido a las reuniones familiares y de amigos (…) entonces, se podría dar. Además, hay mucha gente que todavía no se ha vacunado”.
Además, las proyecciones señalan que tendría que haber una sexta ola, “aunque pequeñita”, quizás no hasta el nivel de decirse ola, pero si con incrementos leves, todo dependerá de cuánta población se exponga, si no se toman las medidas de seguridad, si la gente en los minibuses esté con las ventanas cerradas y sin barbijo, “las probabilidades crecen, todo es elementos probabilísticos”.
En cambio, la conducta social de no acercarse mucho a otras personas, usar barbijo y estar en lugares ventilados, hará que la ola no sea franca y no se tenga problemas de internación.