Las sequías, incendios y niveles bajos de agua, son producto de la falta de políticas adecuadas y el ente líder de diseñar esas estrategias, Ministerio de Medio Ambiente y Agua, “está muy mal, porque no evita la deforestación y no está aplicando conocimiento, está únicamente basándose en intereses”, sostuvo el biólogo, Roger Carvajal.
El experto explicó que debido a los acontecimientos naturales que se registran a nivel mundial, las posibles consecuencias eran predecibles, por lo tanto, esa cartera de Estado debía haber asumido acciones preventivas o de apaleamiento, con anterioridad.
“Si era prevenible (…) Esa instancia es la que tendría que saber que la única manera de que no ocurran incendios o sequías es evitar la deforestación y reforestar el sector subandino, tanto del lado de la Amazonía como del altiplano, para asegurar las lluvias pero eso no ocurre”, lamentó.
Según Carvajal, el Decreto Supremo 3973 emitido por el expresidente Evo Morales, sería el inicio de los problemas que ahora se registran en el país, ya que dicha norma autoriza quemas y desmontes en los departamentos de Santa Cruz y Beni, con la presunta idea de fomentar la producción agrícola y pecuaria.
“Ese decreto incendiario, que fue aprobado por Morales para que la gente aumente la cantidad de hectáreas que puede quemar, es lo que inicio todo esto y no revirtieron ese decreto. Hasta ahora el Gobierno paga la deuda de sus militantes con territorio”, expresó.
Detalló que Bolivia está deforestando en exceso “es increíble, ha tirado miles y millones de hectáreas de bosque debido al modelo productivo que hay”, porque éste permite el tráfico de tierras para habilitar siembra de soya, en Santa Cruz; los avasallamientos de interculturales o la entrega de terrenos a éstos y la deforestación del norte integrado cruceño para soya y girasol.
PROCESO
Para tener la cantidad de agua “necesaria”, debe seguirse cierto proceso natural, dijo el biólogo, “sabemos que la selva amazónica es la encargada de trasladar el agua que se genera en el océano Atlántico” y llega hasta la Cordillera de Los Andes y, de ahí, retorna como lluvia, es un circuito: “lluvias, ríos que bañan a la amazonia, se evapora en el Atlántico y otra vez retorna por las nubes”.
Sin embargo, debido a la deforestación ese proceso no se cumple porque la selva está dañada, por lo tanto empieza la sequía “y la seguía hace que los bosques se sequen, no tengan agua para succionar, por tanto al secarse son más proclives a incendiarse, cuando prenden fuego en lugar de que acabe ahí arde todo, por lo tanto estamos en un círculo vicioso”.
Por todo esto y más, Carvajal aseguró que no hay voluntad de crear estrategias desde el Estado, porque los que están deforestando son parte de la sociedad como cocaleros y mineros, ni de gobernaciones, municipios y población.
“Lo que se ve, se anota. Los hechos lo definen todo, no hay necesidad de calificar (al Ministerio de Medio Ambiente y Agua y al Estado) ahí está el humo, la deforestación, las concesiones que hacen para minería mediante la ABT y la otorgación de tierras mediante el INRA, entre otros. El trabajo del ministerio está muy mal, no tiene ninguna posibilidad de revertir esto, porque no están aplicando conocimiento están únicamente basándose en intereses”.
Manifestó que se están eliminando los guardaparques y que se están entregando las áreas protegidas porque se ha vuelto un negociado con “ciertos grupos” a los que les permiten entrar, deforestar y depredar.
PLAN
Los ministerios de Medio Ambiente y Agua (MMAyA), Desarrollo Rural y Tierras y de Defensa, presentaron el Plan plurinacional de respuesta inmediata a la sequía cuyo presupuesto es más de 122 millones de bolivianos.
En principio, para atender a 153 municipios, más de 200 comunidades y 102.400 familias, de las 140.852 hectáreas dañadas, se destinó Bs 27.2 millones.
El ministro del MMAyA, Juan Santos Cruz, detalló que entre las acciones inmediatas está la compra y provisión de tanques de PVC en diferentes capacidades, alquiler de cisternas, perforación de pozos y rehabilitación de pozos, además de la construcción de más de 80 atajados con capacidades entre 100 a 200 metros cúbicos.
“Son medidas que son parches de emergencia, la solución no está ahí, la solución debe ser de largo alcance, son temas de cuidado del patrimonio natural del Estado, eso requiere una política de largo aliento porque va durar años, el forestar”, sostuvo Carvajal que también es investigador.
Sugirió que el Gobierno debería consultar con universidades y expertos para tener una política muy clara, con fuerte componente académico, “que es lo que se requiere para que las políticas sean sostenibles, utilizar conocimiento científico”.